Durante el mes de agosto, la televisión, la prensa, las redes sociales y los medios de comunicación se llenan de mensajes donde se glorifica la maternidad. Se felicita a las madres por su abnegado esfuerzo y todos los sacrificios que hacen por sus hijos e hijas. Si bien es necesario reconocer y valorar el trabajo realizado por las madres en la sociedad, más que felicitaciones lo que se necesita son mejores condiciones para ejercer la maternidad, de forma tal que no sea necesario sacrificarlo todo por ser madre.
Maternidad y desempleo
Actualmente en Costa Rica, casi la mitad de las mujeres (46%) dependen económicamente de su pareja para subsistir[1]. Para aquellas que tienen una baja escolaridad, la situación es mucho más desigual, ya que siete de cada diez no tienen un ingreso económico estable.
La mitad de las mujeres con un hijo o hija menor de edad no tienen ingreso económico, mientras que esta situación se repite solamente en un tercio de aquellas mujeres sin hijos. Esto quiere decir que la maternidad les dificulta tener trabajo e independencia financiera, una situación que no se refleja en las estadísticas de desempleo en hombres.
Para muchas, las pensiones alimenticias son un recurso para la manutención de hijos e hijas cuyos padres no aportan dinero de forma voluntaria. Sin embargo, los trámites requeridos son engorrosos y cantidad de padres recurren a maniobras legales para evitar hacerse económicamente responsables por sus hijos e hijas, poniendo a las madres en situaciones verdaderamente difíciles.
No podemos dejar de lado que, en muchas ocasiones, esta dependencia económica pone a las mujeres en una situación de alta vulnerabilidad ante casos de violencia machista y abusos por parte de sus parejas, ya que si estas quieren salir de sus hogares no tendrían los medios para realizarlo.
Necesitamos servicios de cuido gratuitos y de calidad
Debido a los recortes presupuestarios por parte del gobierno, la oferta de servicios de cuido públicos es deplorable tanto a nivel de cantidad como de calidad. Es por esto que la actual “Red de cuido” se encuentra disponible solamente para personas en pobreza extrema, dejando por fuera a gran cantidad de familias de la clase trabajadora que no califican en esta condición pero que aún así necesitan del servicio. Además, funciona como una forma solapada de privatización de los servicios públicos sin ninguna garantía de calidad por parte del Estado, ya que muchas veces el gobierno paga a centros privados para dar abasto a la cantidad de solicitudes que reciben.
Ante este panorama, las madres deben pagar centros de cuido privados, cuyos costos son altos y arbitrarios, o bien, muchas deciden trabajar menos horas o no trabajar del todo para atender a sus hijos e hijas, pues debido a los bajos salarios que podrían tener, saldría más caro contratar cuido para salir a trabajar que quedarse en casa realizando las labores domésticas y de cuido.
Irrespeto a derechos laborales
Las madres que logran tener un trabajo remunerado se topan con múltiples irrespetos a sus derechos laborales ya establecidos: las mujeres ganan en promedio 28% menos que los hombres por el mismo trabajo[2], los despidos a embarazadas que son denunciados rondan los 150 al año[3], son pocos los establecimientos con salas de lactancia apropiadas y bien equipadas, las trabajadoras deben recurrir a vacaciones y permisos sin goce salarial en caso de enfermedad de sus hijos e hijas, así como muchas otras dificultades para ser una madre trabajadora.
Un ejemplo de lo anterior se ve reflejado en el caso del diputado del PAC, Marco Vinicio Redondo, quien recientemente despidió a una trabajadora en período de lactancia, lo cual es ilegal.
La política de ataques del gobierno a las convenciones colectivas del sector público profundiza la amenaza sobre los derechos laborales de las madres. Por ejemplo, son en las convenciones colectivas donde se ha establecido la alimentación subvencionada (reduciendo así las labores domésticas del hogar), las guarderías subvencionadas y las licencias de paternidad de un mes para trabajadores de la educación.
Nuestra propuesta
Para lograr garantizar a fondo mejores condiciones para las madres de la clase trabajadora, es necesario que el gobierno cobre impuestos a todas las empresas y los ricos que se benefician de forma significativa con el trabajo de las mujeres; que todo ese dinero se destine a la creación de guarderías, salas de lactancia equipadas y permita brindar alimentación subvencionada, de tal manera que se minimice la cantidad de tiempo que las mujeres dedican a las labores domésticas y de cuido que les excluyen del mercado laboral.
La única manera de enfrentar los constantes ataques del gobierno es con la organización de las familias de la clase trabajadora, no sólo a nivel sindical, sino también en las mismas comunidades; que los sindicatos también tomen a fondo el tema de la defensa de los derechos de las madres trabajadoras; que las comunidades discutan sobre cómo exigir servicios gratuitos y de calidad para las madres y amas de casa.
La maternidad no debería implicar grandes sacrificios y dificultades para las mujeres. Es por eso que desde Lucha Mujer defendemos la idea de que la sociedad en su conjunto garantice los medios para que las mujeres puedan ser madres y trabajadoras con salarios dignos, lejos del subempleo y el empleo informal.
¡Por guarderías gratuitas en las empresas e instituciones públicas!
¡Ni una despedida más en período de lactancia o embarazo!
¡Por salas de lactancia equipadas en todos los centros de trabajo!
¡Licencia de maternidad y de paternidad de 6 meses!
¡Por la defensa de las convenciones colectivas y los derechos de las trabajadoras!
¡Por comedores escolares con tres tiempos de comida!
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[1] Reportaje de la Nación basado en la Encuesta Nacional de Hogares de 2015
[2]http://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/Calculadora_Salarial-Enigh-posgrados_0_716928334.html
[3] http://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/268385/embarazada-gana–pleito-por-despido