En el PT sabemos que es fundamental impulsar una política dirigida a las mujeres trabajadoras, quienes forman parte de uno de los sectores más explotados y perjudicados por los ataques del capitalismo. Es por esto que quisimos elaborar este material, para presentar con detalle nuestras propuestas y convertirlo en un insumo para la discusión en los barrios, fábricas y comunidades que visitamos.
En esta campaña electoral, se ha querido ubicar el debate entre la continuidad del gobierno del PAC, como un supuesto aliado de las mujeres y el cambio; o el retorno del PLN, asociado a los sectores fundamentalistas. Sin embargo, hay que entrar a discutir si realmente existe una diferencia entre esas opciones y cuáles son las necesidades de las mujeres trabajadoras.
Un gran sector de la población miró con esperanzas el “fin del bipartidismo” en el 2014 ante la llegada del PAC al gobierno. Pero al concluir los 4 años de su gestión, es importante preguntarse qué ha significado este gobierno para las mujeres trabajadoras.
La amplia brecha salarial, el incumplimiento a las licencias de maternidad, la insuficiente red de cuido, la alta tasa de violencia doméstica, y las limitaciones a los derechos sexuales y reproductivos, evidencian que no ha habido un gran cambio en relación a los gobiernos anteriores. Los mismos problemas siguen afectando a las trabajadoras, mientras se realizan pequeños esfuerzos por mejorar la imagen del gobierno.
Por otro lado, nos encontramos con un sector aún más conservador, encabezado por los partidos cristianos y apoyados por los miembros de las distintas bancadas legislativas (PLN, PUSC, ML, PAC…). Este sector enfoca su gestión en atacar cualquier propuesta relacionada con los derechos de la mujer o cualquier sector oprimido, utilizando prejuicios y estereotipos, como el machismo o la xenofobia para defender sus posiciones. Esto les resulta muy eficaz a los partidos representantes de los empresarios, porque así dividen a la clase trabajadora, desviando su rebeldía de quien la merece, que es la clase dominante. De esta manera, promueve que el enojo recaiga sobre sectores de su propia clase, dividiendo a hombres y mujeres, o a trabajadores migrantes y nacionales.
No creemos que esas alternativas políticas representen una opción para las mujeres trabajadoras, porque aunque un sector intente proyectar una imagen más amigable que el otro, lo cierto es que ambos, con sus políticas, han venido atacando a las trabajadoras y por eso no podemos caer en el falso debate de apoyar al “menos malo”. Con los salarios de hambre y el incumplimiento de derechos laborales, las trabajadoras sufren los ataques de todos esos partidos por igual.
Aunque los problemas de las mujeres no podrán resolverse en el capitalismo, sino con la organización y la lucha de la clase trabajadora, creemos que es importante utilizar las elecciones para visibilizar una política clasista. Por eso, en estas elecciones, donde el Partido de los Trabajadores es la única opción de izquierda, con un programa socialista, el único voto útil que mujeres y hombres trabajadores podemos dar, es por aquellos que representen a nuestra clase, y que lleven un programa político contra el sistema opresor y explotador. Por eso queremos invitar a las compañeras que nos leen, a discutir nuestras propuestas y a que nos apoyen en estas próximas elecciones y en las luchas por venir.