Hace 49 años se libró una serie de manifestaciones espontáneas y violentas en protesta contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como Stonewall Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Estos disturbios fueron la primera ocasión en la historia de Estados Unidos en que la comunidad LGBTI luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno y son reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBTI en Estados Unidos y en todo el mundo.
La lucha continúa
Concretamente en Costa Rica el tema de los derechos LGBTI han sido moneda de cambio, donde el gobierno se compromete en el avance de derechos básicos y fundamentales pero en los hechos eso no se traduce en acciones suficientes.
Por ejemplo, el gobierno del PAC bajo la presidencia de Luis Guillermo Solís realizó una consulta a la CIDH sobre Matrimonio Igualitario y cambio de nombre y sexo registral de la población trans; y pese al pronunciamiento de dicho organismo a favor, ni con Solís ni con Alvarado se convirtió en decreto, sino que se han dedicado a pasarse la bola de una Institución a otra, del ejecutivo al TSE, del TSE a la Sala Cuarta, y viceversa.
Y en el caso del gobierno de Carlos Alvarado que durante la recién terminada campaña electoral jugó el falso papel de ser amigo de las causas LGBTI y de impulsar las propuestas hechas por los diferentes sectores del activismo, pero en menos de una semana de la toma del poder el TSE se pronunció con una medida totalmente insuficiente para la comunidad trans, relacionada con que en el documento de identidad se eliminaría el dato del sexo, pero el dato registral no puede ser cambiado por el sexo autopercibido. Es decir, en el fondo no hay ninguna intención de llevar a cabo medidas serias.
Y aunque muchos aplauden el hecho de que el presidente haga un llamado a participar en la marcha del Pride, que exista un diputado del PAC abiertamente gay o que se haya nombrado a un comisionado para que medie y facilite las discusiones y decisiones en esta temática, solo son cortinas de humo para ilusionar y apaciguar las aguas. Tanto así, que a raíz de la manifestación que hizo un grupo de activistas trans el pasado 17 de mayo en las afueras del TSE para exigir el cumplimiento de las resoluciones de la CIDH, al día de hoy a estas personas se les ha retenido el expediente y se les ha negado el derecho a realizar el cambio de nombre como una represalia por manifestarse y luchar por sus derechos. Por otro lado, a partir del 01 de junio empezaron a regir una serie de medidas que son totalmente lesivas para los trabajadores del sector público, garantizando el congelamiento salarial y disminuyendo su capacidad adquisitiva, además de estar a las puertas de la aprobación de medidas neoliberales en temas fiscales y de recortes al presupuesto, afectando al sector público y privado, y propiciando que los sectores más vulnerables sean los que sufran directamente, mientras que los grandes empresarios continúan siendo intocables y sin sufrir los costos de una crisis económica que es provocada por ellos pero que no están dispuestos a asumirla.
¡No queremos más Pinkwashing, queremos derechos!
De igual manera, también en el mundo se siguen dando este tipo de manifestaciones de doble discurso. Por ejemplo Israel se posiciona como un país abanderado de los derechos LGBTI visibilizándose en los medios masivos como Eurovisión, cuya representante era abiertamente lesbiana, pero que al mismo tiempo no tiene ningún reparo en gestar un genocidio palestino. O la familia real británica anunciando su primer matrimonio gay, quien en septiembre, el primo de la reina Elizabeth II contraerá nupcias con un empresario, pero que es el país dónde la riqueza está cada vez más concentrada en un puñado de grandes millonarios y se agudizan los ajustes y las privatizaciones, la xenofobia y el nacionalismo.
Así también en la marcha del Pride abundan las empresas que se autocatalogan como gay friendly y que aplican una serie de medidas progresivas para sus empleados de la comunidad LGBTI. Pero tenemos que tener muy claro que esas mismas empresas son las que tienen en quiebra al país con una evasión fiscal de un poco más del 8% del PIB, amparadas bajo un TLC que les permite generar fortunas ilimitadas sin pagar ningún impuesto por ello, o que si reparo aplican recortes de personal, agudizando el desempleo y la sobreexplotación.
Es por estas razones que desde el PT hacemos un llamado a toda la comunidad y al activismo LGBTI para organizarnos y luchar, porque queda demostrado que ni el gobierno, ni las instituciones del estado, ni esas falsas manifestaciones de acuerdos y promesas nos van a garantizar ningún derecho.
El único camino es reproducir los procesos de lucha llevados a cabo en Stonewall, por lo tanto en la conmemoración de este día, lejos de hacer una marcha donde las empresas aprovechan para hacerse publicidad y poner una cara amistosa, debemos aprovechar para posicionar nuestras exigencias al gobierno. Así como en el proceso electoral una alta cantidad de personas de la comunidad votó y confió en que el PAC y Carlos Alvarado iban a garantizar el derecho al matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, es hora de exigir que se cumplan estas promesas.
De ahí la importancia que exista una alianza y organización de todos los sectores que igualmente están siendo golpeados y amedrentados por un gobierno que está al servicio de los ricos y dispuesto a cobrarle la crisis económica al pueblo, que son los que generan la riqueza pero no la administran.