En horas de la noche del día martes 14 de julio vecinos del barrio Carmen Lyra en Turrialba prendieron fuego a colchones frente a las instalaciones del albergue para personas indígenas que se encuentra en esta comunidad.
Este albergue se destinó a acoger personas indígenas sospechosas de haber sido contagiadas por el Covid-19. La mujer víctima de la agresión racista se encuentra en el albergue, porque su hijo se encuentra en cuidados intensivos enfermo de coronavirus.
Este lugar es usado por los indígenas debido a la lejanía de su comunidad con el hospital de Turrialba y por las condiciones en que viven, podría propagar el virus.
El albergue indígena cabécar de Turrialba tiene más de 20 años de existencia en la comunidad de Carmen Lyra, es un espacio de suma importancia para la comunidad cabécar, ya que cuando estos se tienen que trasladar al centro de Turrialba para la compra de insumos y atención médica, se hospedan en el albergue debido a que por la lejanía de sus pueblos no podrían volver el mismo día.
El ataque contra el albergue no se da en el vacío. La amenaza contra el albergue estaba anunciada desde días antes, las autoridades estaban enteradas de la situación, incluso fueron a informar a la comunidad que el tener personas con covid-19 en el albergue no afectaba en nada a quienes se encuentran en sus alrededores, no resguardaron la seguridad de quienes habitan el albergue, aunque conocían las posibilidades del ataque.
Los actos de violencia y racismo hacia los pueblos originarios, que no son nuevos, han existido por años en Turrialba, la crisis social y sanitaria debido a la pandemia y a los ataques del gobierno, ha disparado la xenofobia y el racismo antes existente.
El discurso gubernamental que atribuye la extensión de la pandemia a la responsabilidad individual, también contribuyó a que este ataque ocurriera, pues al final los pobres son responsables por “no cuidarse”.
Estas agresiones racistas, al igual que las xenofóbicas tienen como objetivo a los más desposeídos, pero además contribuyen a dividir a la clase trabajadora.
Los pobres de un barrio popular, arremeten contra los indígenas pobres, cuando nuestro real enemigo son la pandemia, el gobierno y los grandes empresarios. Mientras Turrialba lleva años sufriendo la pérdida de empleos, su élite política y económica “brilla” todos los días en televisión nacional. Los superricos son protegidos, mientras los servicios públicos y sociales son recortados.
Desde el Partido de los Trabajadores repudiamos estos actos de racismo contra las poblaciones indígenas, son hechos que no deben quedar impunes. Estamos seguros que estas acciones fueron llevadas a cabo por una minoría, pero no puede haber silencio por el resto de los vecinos, por eso hacemos un llamado a la comunidad a repudiar estos hechos.
Nuestra experiencia indica que estos actos de terrorismo y agresión nunca son “casuales”, son preparados por un clima político y son tolerados por las mismas fuerzas del orden: demandamos una investigación independiente y creíble que establezca los responsables materiales e intelectuales de este atentado. Hacemos un llamado a todas las personas, principalmente a los trabajadores del barrio Carmen Lyra, a que luchemos contra la pandemia, por los servicios públicos y por la democracia que demandemos la seguridad efectiva de todos los albergues de pacientes Covid-19 positivos.