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Frente a los acontecimientos recientes de tortura por parte de custodios del OIJ: ¡Repudiemos la violencia policial!

oij-violenciaA comienzos de la semana se reveló un video en el que un grupo custodios del OIJ participaban en agredir a una persona detenida, dentro de una de las celdas del OIJ. Este hecho resultó en que esta persona saliera fuertemente golpeada y con un brazo quebrado. Unos 9 custodios del OIJ colaboraron en este hecho, celebrando y aplaudiendo la agresión.

Desde el Partido de los Trabajadores repudiamos esta agresión y exigimos castigo a los responsables de este crimen. Nada justifica la agresión premeditada y el sadismo demostrado por estos custodios del OIJ, y es muy grave que en nuestro país ocurran este tipo de cosas, que por lo general acaben impunes.

¿Qué fue lo que pasó?

Esta persona fue detenida, y llevada a una celda del OIJ. Aparentemente el custodio del OIJ conocía al detenido por haber estado en un reconocimiento anteriormente. Después de que esta persona fuera esposada dentro de su celda los oficiales decidieron soltarla para que “pudieran pelear él y el custodio”. Mientras tanto 9 otras personas veían la “pelea” en medio de insultos, burlas y agresiones.

La agresión ocurrió el pasado 11 de julio, y quedó grabada en las cámaras de la celda en que lo estaban deteniendo. El resultado fue que está persona resultara con un brazo quebrado, y con fuertes golpes en su cara y cuerpo.

Un grupo de los custodios han sido suspendidos de sus cargos mientras se lleva a cabo la investigación y los juicios estarían comenzando este próximo mes.

Uno entre muchos ejemplos de violencia policial

Esta agresión se suma a muchísimas agresiones llevadas a cabo por policías y agentes del OIJ. Durante este año también encontramos denuncias por agresiones a los vecinos de Cartago que luchaban por el derecho al agua, por las agresiones de los policías a los campesinos de Medio Queso, la agresión contra los vendedores ambulantes de San José, y hacia los migrantes, entre otros.

En todos estos casos ha prevalecido la impunidad de los policías, y ninguno ha sido condenado por este tipo de acciones. Esto es muy grave. La arbitrariedad, la violencia y el abuso de autoridad de estos policías se han vuelto algo común dentro de los operativos policiales, especialmente en las zonas pobres del país.

Rechacemos estos hechos, exijamos castigo para los agresores

Desde el Partido de los Trabajadores llamamos a rechazar estos hechos, y llamamos a exigir castigo para los agentes del OIJ que animaron y llevaron a cabo esta agresión. Esta persona ya iba a enfrentar cargos, y de ninguna forma se puede justificar que los policías “tomen la justicia por sus propias manos”, mucho menos con la absoluta desproporcionalidad y cinismo con el que lo hicieron.

No justificamos, ni conocemos a fondo, la situación por la que esta persona fue detenida. Sin embargo no hay ninguna justificación para que esta persona sea agredida brutalmente. Además, solamente los pobres son víctimas de este tipo de situaciones. La justicia actúa con guante de seda para los ricos que rompen la ley, pero toma este tipo de medidas y agresiones contra las personas pobres detenidas.

Debemos pelear por qué este caso no caiga en la impunidad, y estos custodios que agredieron brutalmente a esta persona sean castigados y removidos de su cargo de una buena vez por todas.

Es importante destacar que la violencia y el abuso no es algo aislado en esta institución y chorrea desde la alta jerarquía. No extraña para nada que el jefe de la sección de homicidios este enfrentando en este momento acusaciones de abuso de autoridad contra sus subordinados ante la fiscalía de corrupción.

Esta tortura no es la única forma de violencia a la que se ven expuestos los privados de libertad en nuestro país. En los últimos meses también se ha destapado las condiciones escandalosas de hacinamiento en la que se encuentran en los diferentes centros penitenciarios, llegando muchas a sobrepasar hasta un 80% de su capacidad.

¿Por qué aumenta la criminalidad?

Algunos grupos de derecha de nuestro país claman por “mano dura contra los criminales”, justificando esta agresión e incluso planteando que se deben tomar medidas más severas de agresión directa contra los criminales.

Desde el PT nos parece que esto es muy peligroso. La gran mayoría de casos de personas encarceladas en nuestro país, la mayoría de los casos en los que la policía tiene que intervenir, son causadas por la propia descomposición social, producto del modelo de capitalismo semicolonial de nuestro país. No es casualidad que las cárceles de mujeres estén llenas de jóvenes solteras que cayeron en el narcotráfico al no encontrar otro camino. No es casualidad que los robos y asaltos crezcan al mismo ritmo que la pobreza y el desempleo.

Mientras siga aumentando la desigualdad en nuestro país, mientras la juventud siga viviendo en un país con cada vez menos oportunidades, mientras hayan peores condiciones de vivienda, un sistema educativo en decadencia, mientras exista tantísima violencia social, el crecimiento de este tipo de problemas no va a cesar.

Aquí simplemente hay que reconocer un hecho objetivo: el aumento del narcotráfico, de los robos, de las pandillas, de las agresiones, han ido en proporción al aumento de la desigualdad y la violencia social. Luchar “contra la criminalidad” solo es posible en el marco de luchar contra sus causas sociales.

¿Por qué son los pobres en nuestro país los que llenan las cárceles? ¿Por qué son los sectores más precarizados los que están llenos de pandillas y criminales? ¿Se resuelve esto con “castigos ejemplares”? Ni un ejemplo en el mundo de como esto ha podido resolver la situación.

¡La solución está en pelear contra la descomposición social en la que nos hunde el capitalismo que le niega un trabajo decente, un ambiente sano, posibilidades de subsistir, y educación digna, violentando a las mayorías de nuestro país!

¡Rechazamos los hechos de agresión denunciados!

¡Castigo a quienes participaron en estas agresiones!

¡No a la criminalización de la pobreza!

¡Por mejores condiciones de vida para los privados de libertad en la cárcel!

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