La última encuesta de UNIMER sobre las elecciones arrojó sorprendentes resultados en donde la intención de voto del partido Liberación Nacional se desplomó hasta caer a un 19%, perdiendo asi el primer lugar y poniendo en riesgo inclusive la oportunidad de entrar en una posible segunda ronda.
Dicha encuesta también reflejó la persistente impopularidad de la presidenta Laura Chinchilla, quien solo sostiene un 11% de apoyo a su gobierno. Ambas estadísticas expresan el mismo repudio a Liberación Nacional. Luego de tanta corrupción, incremento en la desigualdad, el desempleo y la misma quiebra del estado, podríamos estar ante un segundo capítulo en la crisis del reinado bipartidista que comenzó hace años con la crisis de la Unidad.
Las razones detrás de la debacle
Las razones de este “apocalipsis” del PLN, como dijeron algunos analistas, son muy profundas y están relacionadas con la crisis que vive el país y sus diferentes rostros.
El descontento popular contra el gobierno y el creciente repudio de masas a Liberación Nacional, se ha venido inflamando con los efectos de la crisis económica mundial y de los planes de ajuste y austeridad. Estos han hecho saltar los números de la pobreza, desigualdad y el desempleo, las medidas de ajuste y austeridad del gobierno ante el déficit fiscal en donde se ha venido sacrificando al pueblo trabajador cuando más necesita de la intervención del gobierno a su favor y la corrupción vinculada al modelo de concesiones.
La masificación del repudio a Liberación Nacional constituye un nuevo episodio de la crisis por la que transita el régimen político de nuestro país. Se suma a la quiebra del bipartidismo, al descredito de la asamblea legislativa, y también del sistema de partidos políticos y de las reglas del juego electoral.
El fracaso de la reconstrucción del bipartidismo y el voto indignado impulsan el ascenso del Frente Amplio
El Frente Amplio y Movimiento Libertario a pesar de ser colocados en polos ideológicos opuestos, son las agrupaciones que más se han fortalecido y hoy son los depositarios de un voto de indignación y castigo por ineficiencia, la corrupción y deterioro de servicios en el gobierno de Chinchilla. Fueron colocados como primer y segundo lugar respectivamente en la encuesta de UNIMER.
Desde el Partido de los Trabajadores nos parece que es importante reconocer que el salto que ha pegado el Frente Amplio a nivel de simpatía, es resultado en primer lugar del fracasado intento de reconstrucción del bipartidismo que impulso el Calderonismo con la candidatura del Dr. Hernandez. El Frente Amplio ha sido el mayor receptor de los votos que había acumulado el PUSC.
Por otro lado refleja también un giro electoral a la izquierda y un voto castigo de un sector joven de clase media alta, universitario y metropolitano, que según la misma UNIMER, venia de votar por Chinchilla, el PAC y el Libertario en el 2010.
Este voto castigo es producto de la crítica situación del PLN, así como también del pobre trabajo del PAC durante los años en los que fue la principal oposición. Más en el fondo, es un reflejo de la destrucción de oportunidades de ascenso social que ha conllevado el brutal ensanchamiento de la desigualdad social en el país.
A pesar de este reconocimiento seguimos planteando al pueblo trabajador, y también a los sectores de clase media que simpatizan con el Frente Amplio, que ni la política, ni el programa de Villalta dan la talla frente al cambio que están esperando ver y que se necesita en este contexto de crisis.
Esto porque a pesar de que la crisis lo haya colocado con posibilidades reales de sacar al PLN, el FA se ha negado sistemáticamente a llevar una propuesta que rompa con los mismos fundamentos neoliberales que el PLN ha establecido para el país en sus anteriores gobiernos y que son los principales generadores de crisis y desigualdad hoy.
Así lo demuestran las dos últimas entrevistas con el periodista Alberto Padilla y la otra en su videochat, en donde Villalta afirma que en un gobierno frenteamplista no se expropiarían las concesiones sino que se “renegociarían”, no se gravarían con impuestos a las zonas francas, no se romperían, ni se cuestionarían los TLC´S y se continuaría utilizando el endeudamiento y las concesiones con el sector privado (tal y como aseguro Chema ante la UCCAEP) como método para construir obra pública.
¿Chavisandinista? ¿comunista?: las preguntas, expectativas y el “miedo” en torno a Villlalta
A partir del salto en las encuestas por parte del Frente Amplio simultáneamente se ha abierto un debate en el país sobre la afiliación ideológica del FA y Jose Maria Villalta, así como sobre los cambios que traería un posible gobierno suyo.
A la luz de entrevistas, comentarios en redes sociales y de boca en boca muchos electores aun indecisos, pero a la expectativa de Chema, se preguntan, no sin preocupación, si el candidato repetirá el modelo de Chávez o de Ortega, si es cierto que es “comunista” o “socialista”, si expropiara empresas, etc.
Es cierto sí, que un sector de la prensa, y centralmente Otto Guevara, Araya, han buscado agitar el anticomunismo para intentar frenar la simpatía por el FA y al mismo tiempo presionarlo por la derecha.
Ante esto la respuesta del FA ha sido caracterizada por titubeos y contradicciones respecto a su posicionamiento político y su relación con la “izquierda” latinoamericana. La ocasión más reciente fue alrededor de una nota luctuosa ante la muerte de Hugo Chávez divulgada por La Nación.
La nota redactada por el Comité Ejecutivo del FA decía: “Comandante presidente Chávez, tu vida ejemplar y sacrificio iluminarán nuestra lucha por el Socialismo del Siglo XXI”; al ser entrevistados por La Nación al respecto de esto, para Chema no fueron más que “cosas bonitas y poéticas que se dicen cuando muere un líder querido”, mientras que Vicepresidenta, Patricia Mora, si “hubo alguien que llevo a cabo los mandatos de Cristo ese fue Hugo Chávez”
Aunque es muy temprano para medir cuáles serán los pasos que tomaran los diferentes sectores de la burguesía que no se esperaban ni el show del Doctorcito, mucho menos el ascenso del FA, es claro que por un lado, los grandes medios seguirán presionándolo por la derecha, agitando el fantasma del Chavismo para que se termine de plegar al mismo nivel que el resto de candidatos al programa neoliberal.
No parece, sin embargo, que vayan a tener que presionarlo tanto pues la política que viene asumiendo el FA ante su mismísimo ascenso, ha sido la de tranquilizar a todo el mundo empresarial asumiendo compromisos como los de mantener intactos el TLC y la apertura de telecomunicaciones y seguros, los beneficios de las zonas francas, seguir tomando en cuenta al sector privado para las concesiones, firmar concordato con el Vaticano y revisar inclusive los “
abusos” de las convenciones colectivas.
¿Aprovechar la crisis de Liberación Nacional para ir de frente contra las raíces del neoliberalismo o para reformarlo?
Como Partido de los Trabajadores recibimos con júbilo la noticia de esta crisis de apoyo electoral del PLN, e inclusive le damos un signo positivo a la ruptura “con los mismos de siempre” y a este voto castigo por el FA.
Sin embargo, creemos que el Frente Amplio, lejos de aprovechar su nueva influencia para quebrar la herencia neoliberal del bipartidismo, encarnada en los TLCs, las concesiones, las exoneraciones fiscales, etc; se encuentra más preocupado por no agitar las aguas, para mantener el caudal electoral y solo proponer una serie de reformas muy moderadas y periféricas al modelo impuesto por el bipartidismo.
Así es como entendemos los principales planteamientos que trae en esta campaña. De qué sirve al pueblo que el FA proponga no negociar más tratados de libre comercio si el 90% del mismo ya juega bajo esas reglas. ¿Cómo podremos salirnos de la lógica de los mismos, si Villalta dice que es imposible? ¿Qué tanto podrá recuperar el ICE los ingresos perdidos en telecomunicaciones mientras se mantenga la apertura? ¿Pondrá de verdad un freno el FA al modelo de concesiones, o sólo buscara apelar a otros modelos más “transparentes” pero igualmente privatizadores? Por todas estas y otras propuestas es que creemos que el FA desaprovecha una oportunidad histórica para cuestionar toda la obra del bipartidismo que es la que viene generando la mayor desigualdad, desempleo, crisis fiscal y miseria al pueblo trabajador.
En el fondo no creemos que este dispuesto a arriesgar su recién estrenado peso electoral, que según la encuesta de UNIMER, se apoya en sectores que buscan un nuevo “centro” o que incluso vienen de la derecha.
Seguimos sosteniendo, que darle el voto al Partido de los trabajadores es darle un voto a una organización que apuesta por la lucha del pueblo trabajador, en contra de las verdaderas raíces del neoliberalismo: que no son otra cosa que el mismo capitalismo. Nosotros sí le apostamos, sin titubeos, a poner impuestos a todas las grandes empresas, sí queremos romper con los TLC´S, sí vamos a expropiar lo concesionado, sí recuperaremos las carreteras y puertos de las grandes transnacionales, sin pagarles un cinco a las concesionarias ladronas.
No creemos que esto pueda hacerse simplemente votando, por eso es que nos planteamos como un partido para que la clase trabajadora se organice para la lucha. Todo esto lo decimos tranquilamente, y no nos vamos a dejar intimidar o a moderar nuestro discurso por la campaña electoral, ni por el anticomunismo.
Tenemos la certeza de que decirle al trabajador que va a estar mejor sin ir de frente contra las raíces del neoliberalismo planteadas por al PLN y la UNIDAD, es simplemente engañarlo con una ilusión. Es porque creemos que solo si los trabajadores aspiran a gobernar, y si se lucha por un gobierno de trabajadores, con propuestas que rompan con el capitalismo y organicen la economía partiendo de las necesidades del pueblo trabajador mediante el socialismo, es posible cambiar a fondo nuestra realidad.