Hace 52 años se dio una serie de manifestaciones en protesta contra una redada policial en la madrugada del 28 de junio de 1969 en el pub llamado Stonewell Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Lo cual se toma como punto de partida en el enfrentamiento de la comunidad LGBTI de Estados Unidos contra el gobierno, el cual mantenía abiertamente una persecución en contra de la población sexualmente diversa. Pero que al fin y al cabo fue la chispa que se expandió para que también en otras partes del mundo se iniciara con más fuerza la lucha por los derechos de esta población. Por eso esta fecha es tan importante, pues actúa como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.
Queda claro que lo se dio en ese momento fue un enfrentamiento violento y una respuesta de lucha en pro de derechos fundamentales. Por eso debería de conmemorarse con consignas, denuncia y exigencias a los gobiernos de todo el mundo por la igualdad de condiciones, tales como: alto a la discriminación, penalización a los crímenes de odio, trabajo y salarios dignos, acceso pleno y completo a la salud. Para la población trans: derecho a que se respete en los registros oficiales el género autopercibido, acceso a los respectivos tratamientos hormonales, entre otros. Y aunque este año por las restricciones sanitarias producto de la pandemia no hubo convocatoria a una marcha, lamentablemente lo que veríamos son grandes desfiles capitalizados por empresas y por ende una mercantilización del movimiento, lo cual en definitiva no hace mella en todas esas batallas que hay que dar.
Y aunque en nuestro país se dio un gran avance con la aprobación del matrimonio igualitario, aún hay que seguir dando más pasos, pues hay una invisibilización por parte del estado. De no ser por el trabajo realizado por algunos colectivos y organizaciones, no habría datos referentes a la población LGBTI. Y particularmente en este período de pandemia, muchas personas de esta comunidad que más bien necesitaban huir de sus casas porque encontraban un ambiente menos hostil fuera, tuvieron que confinarse con sus agresores y no existe ni por cerca albergues o lugares seguros para que se les pueda suministrar protección.
Al mismo tiempo, hay que ser vigilantes, pues estamos a las puertas de otros comicios electorales y debemos recordar que en las pasadas elecciones los derechos de la comunidad sexualmente diversa se utilizaron como moneda para polarizar a los electores. Y ahora con pruebas contundentes podemos decir con más claridad que el interés por los derechos humanos y de la comunidad LGBTI que decía tener Carlos Alvarado eran falsos, pues su gobierno ha sido uno de los más atroces en cuanto al ataque y rebajo de condiciones dignas para la población en general, afectando significativamente los bolsillos y el poder adquisito de los trabajadores, para lo cual, las poblaciones más vulnerables como la LGBTI, mujeres, con discapacidad, pueblos originarios, etc, experimentan con más crudeza estos abates.
Por tal razón insistimos en que no hay que bajar la guardia y es necesaria la continua organización de toda la comunidad sexualmente diversa para que se ponga al frente de estos procesos, pero aún más necesario es que toda la clase trabajadora como una solo se una, pues así como estas agendas de empobrecimiento y crudeza de las condiciones de vida nos afecta a todos, el avance en los derechos de unos, será un avance y beneficio para todos.
¡Por el avance en los derechos LGBTI y demás sectores oprimidos!
¡Por la unidad total de la clase trabajadora!