Por Alejandro Cedeño, Docente del Liceo Diurno de Guararí, miembro de la tendencia A Luchar en APSE y militante del Partido de los trabajadores
El día 6 de julio, la dirigencia de la APSE y demás organizaciones magisteriales en reunión de junta partitaria, con bombos y platillos anuncian como una victoria el nuevo plazo de subida de datos a la plataforma SIRIMEP (Sistema para la recopilación de información de la evaluación de los aprendizajes) para el 19 de agosto. No se comparte esto como una victoria por las siguientes razones:
Un patrono explotador
Como todas las «medidas curriculares» implementadas por el MEP, no le importa si hay incongruencia entre un modelo de evaluación cualitativo o cuantitativo. SIRIMEP es claro reflejo de ese arroz con mango hoy en día, a pesar de decir que se priorizan «habilidades» o «competencias», todo se reduce a un método cuantitativo de subida de datos, ahondado al papeleo, a los problemas de pago, a la atención de cientos de estudiantes y padres de familia, no respeta horarios ni tiempo libre.
Un patrono arbitrario
Al MEP, ni las dirigencias sindicales ni Colypro le han planteado la crítica a este programa por su naturaleza, solo abogan por pedir más plazos, así ha sido la política conciliadora de la burocracia, el MEP aplica cambios, «actualizaciones», cierres de programas entre otros elementos sin discusión alguna, sin tomar en cuenta la opinión de los trabajadores de la educación.
Un patrono descontextualizado
Con la pandemia, de forma arbitraria, se pasa a una educación bimodal, una parte en casa, otra conectados, ello fue un total fracaso. La crisis en educación por problema de presupuesto producto de políticas neoliberales y la actual regla fiscal, impide invertir en tecnología, fue un tema que no se pudo resolver y por fue un fracaso, que los que lo pagan son los trabajadores de la educación, estudiantes y sus familias. SIRIMEP el MEP lo promociona que se puede usar desde laptop, celular o tablet, pero no entiende o no quiere ver, que hay cientos de instituciones educativas sin internet, sin material tecnológico y que trabajadores de la educación a pesar de los problemas de pago, de su bolsillo pagan internet.
Un despilfarro de recursos a pesar de las políticas austericidas
Como pasó con FARO, que costó millones, el Viceministerio Académico debió haber pagado sumas millonarias por esta plataforma. Con FARO se supo el costo, por los múltiples cuestionamientos y medidas de presión de diversos sectores. Es terrible que las burocracias del magisterio y Colypro no cuestionen el costo de dicha plataforma cargada de fallos, sino que solo busque negociar nuevas fechas, eso demuestra pues el carácter conciliador de las burocracias con el MEP, sirviendo más como vocero de Recursos Humanos que como aliado de la comunidad educativa. Así ha sido con el tema de la regla fiscal, se habla de recortes que generan deterioro de infraestructura, cierre de programas, hambre y desesperación, pero se gastan millonadas en estos métodos de evaluación que sólo buscan satisfacer las demandas de la OCDE, el FMI o el BM, misma línea que seguirá este gobierno de Chaves.
Nuestra política
Desde el PT y A Luchar no estamos en contra de evaluarse o de recolectar información con dichos fines, pero debe ser en beneficio de un desarrollo pleno de la comunidad educativa, bajo las bases de una educación pública, científica, laica y de calidad.
Se debe castigar y hacer pagar al gran capital por su evasión fiscal, que permita generar recursos para cumplir con ese modelo educativo que proponemos, que se respete además el 8% del PIB y que sea progresivo. Además, que se saque a educación de la regla fiscal, derogándose esta. Para ello debemos organizarnos desde las comunidades educativas, de trabajadores y a nivel sindical, en asambleas democráticas y con movilización para exigir ello y que sean las comunidades educativas las que elijan el modelo educativo que más les sea beneficioso en su desarrollo, no un modelo dictado por organizamos financieros internacionales. Debemos exigir a las burocracias sindicales que dejen esa política conciliadora con el gobierno y se ponga del lado de las bases.