Por Oscar Rivera y Jouseth Chaves
Colón, Panamá. (14 de julio) Desde el pasado jueves 7 de julio, se iniciaron en la mayoría de provincias de Panamá una serie de acciones de protesta que van desde marchas, piqueteos y cierres de calles por parte de los educadores, los estudiantes, los obreros y el movimiento popular, debido a el alza del combustible que ha encarecido los precios de los alimentos en este país.
En lo que va del año los combustibles han mantenido un alza sostenida que ya supera el 47% en comparación con los precios que había en enero, pero el movimiento de lucha ha incorporado otros elementos como la situación de gasto del gobierno, las carencias en el sistema de salud, educación y el problema del desempleo.
Organizaciones como la Alianza del Pueblo Unido por la Vida y la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizaido (Anadepo), convocaron manifestaciones a nivel nacional para exigir no solo una acción efectiva contra el alza en los precios, sino también la reducción del gasto del gobierno, el aumento del presupuesto en educación y un alza general de los salarios.
Producto de los bloqueos en las principales carreteras, ya se están dando desabastecimientos en la Capital, Ciudad de Panamá, mientras que la reacción del gobierno ha sido muy represiva lanzando a las calles las fuerzas policiales para intentar levantar los cierres de rutas y las movilizaciones.
La respuesta del gobierno ha sido una burla para el pueblo panameño
El gobierno respondió con el congelamiento del precio del combustible en 3.95 balboas y el congelamiento de diez productos de la canasta básica que para la población ha sido una burla ya que esto no resuelve las necesidades de los panameños.
Además de eso, el presidente Laurentino Cortizo anunció el pasado martes 12, el plan para reducir un 10% de la planilla estatal, lo cual lejos de calmar los ánimos, avivó las protestas, sobre todo de las organizaciones sindicales de empleados del estado, y en general del pueblo movilizado que entiende que las pérdidas de puestos de trabajo van a empeorar la situación de miseria y desempleo que afecta a todo el país.
El diálogo del gobierno es una trampa
Ante la imposibilidad de desmontar las movilizaciones en todo el país, el gobierno de Cortizo procedió a convocar a una mesa de diálogo encabezada por la Iglesia Católica el 14 de junio.
La utilización de las figuras de la iglesia para calmar los ánimos del pueblo, es una maniobra ampliamente conocida, y por eso el movimiento popular debe rechazar esa meda de dialogo y seguir profundizando las movilizaciones de cara a lograr los objetivos de la lucha.
La mesa de diálogo se da después de días de dura represión contra los trabajadores, después de desatender las demandas de las movilizaciones y de contestar con gases y golpes contra el pueblo ya que en varios puntos del país se han dado batallas campales y enfrentamientos por el control de las vías tomadas por las protestas, y después de amenazar a un 10% de los trabajadores del estado de mandarlos al desempleo.
Movilizar hasta imponer el plan de los trabajadores y el pueblo
Todas las organizaciones sindicales, gremiales, indígenas y en general el pueblo movilizado debe continuar con las protestas hasta lograr doblar el brazo al gobierno, e imponer el plan de demandas que se han planteado desde las calles.
Los trabajadores no deben confiar en las maniobras del gobierno, en las autoridades de la iglesia que se prestan al juego de desmovilizar por medio de la mesa de diálogo, y seguir profundizando un plan de lucha que abarque todas las necesidades del pueblo trabajador, a saber:
Rebaja y congelamiento del combustible a 3.00 balboas el galón.
Rebaja total a los alimentos y medicamentos
Por un aumento inmediato al presupuesto del a salud y la educación pública
Por un aumento salarial a todos los trabajadores de las empresas privadas y del sector público
Prohibición del despido, y eliminación de cualquier plan que busque despidos de trabajadores del estado y de las empresas privadas
Ese plan se debe conseguir mediante la movilización independiente del pueblo trabajador, y obteniendo recursos del cobro de impuestos a los grandes empresarios del país quienes gozan de enormes subsidios, y mediante la suspensión inmediata de los pagos de la deuda pública del Estado Panameño que hoy supera los 40 mil millones de dólares y que no ha dejado de crecer en el gobierno de Cortizo y tiene ahogado al país.
Urge un proyecto político socialista y de los trabajadores
La enorme crisis que hoy esta afectando a las personas trabajadoras y al pueblo y el despertar de las movilizaciones y la resistencia, coloca sobre la mesa la necesidad de construir una herramienta política de la clase trabajadora en Panamá, que logre servir como un espacio de organización política de la vanguardia que sale a enfrentar al gobierno, si no que nos arme con un programa político construido desde la clase trabajadora, con una visión socialista y con un método revolucionario de transformación de la sociedad.
Para eso consideramos urgente dar los primeros pasos en la construcción de ese proyecto político obrero, socialista y revolucionario de la mano de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) y de sus distintos grupos que hoy están buscando construir alternativas políticas para la clase trabajadora en muchos países del mundo.