Posición del Partido de la Clase Trabajadora de El Salvador ante las recientes reformas constitucionales aprobadas por el Clan Bukele, al pueblo trabajador y sectores de la vanguardia revolucionaria.
El Clan Bukele ha dado una vuelta más de tuerca al engranaje de su máquina política para asegurar la consolidación de la dictadura.
Ultimo movimiento: Reforma Constitucional
El 31 de Julio bajo la sombra de El Salvador del Mundo y con sabor a sol arena, mar, juegos mecánicos y elotes locos; el Clan Bukele mediante dispensa de tramite modifico cinco artículos claves de la Constitución de d’Aubuisson (Artículos 75, 80, 133,152, y 154) que permiten que las elecciones presidenciales se definan en una única vuelta, extiende el periodo presidencial a seis años, elimina la segunda vuelta electoral en las elecciones presidenciales, acorta el periodo presidencial actual a 3 años y además permite la reelección indefinida.
Desde el día de dicha modificación han surgido un sin fin de opiniones, ya sea desde las que avalan la medida y de manera ciega la apoyan y la apreciación de la auto proclamada “oposición” encabezada por los partidos de derecha y centro derecha en la asamblea legislativa representados por el partido ARENA y VAMOS y el partido de “izquierda” institucional FMLN quienes al menos son cómplices al no enfrentar contundentemente éste nuevo episodio de autoritarismo: El Partido ARENA plantea que a pesar de las reformas; participará en las elecciones de 2027: según su dirigencia «Hoy Arena es un partido renovado, unido y listo para defender los principios democráticos, la libertad y el bienestar de todos los salvadoreños», VAMOS en la voz de su secretaria general plantea que: «sería un error» no participar en las elecciones presidenciales porque es su «derecho y obligación» aunque reconoció que «a los dictadores les gustan las elecciones para legitimar la democracia fachada que le dan a creer a los demás»., y el FMLN con un discurso más de forma que de fondo FMLN ha anunciado que “resistirá a estas medidas y ha propuesto movilizaciones ‘pacíficas’ como forma de protesta para ‘denunciar la situación a nivel internacional’para frenar según ellos este intento de autoritarismo”, sin hacer ninguna convocatoria concreta hasta éste momento. Lo que tienen el común todas las posiciones de los partidos “de oposición” es su defensa férrea por la constitución retrograda d’Aubuissoneana y su indiferencia real ante éste nuevo episodio de consolidación de la dictadura en El Salvador.
Análisis del fenómeno
Como marxistas creemos que no podemos hacer una lectura superficial de lo ocurrido, partimos de un análisis del fenómeno en sí, pero no como una cuestión aislada sino como un proceso con múltiples interconexiones y contradicciones. Nuestro análisis parte de la dialéctica. En este sentido lo primero que debemos de preguntarnos es, si el hecho en sí responde a una situación de crisis o fortaleza política por parte del Clan Bukele. En ese sentido aclaremos algunos conceptos:
Según Trotsky una crisis política ocurre cuando las clases dominantes ya no pueden gobernar como antes, y las clases oprimidas ya no están dispuestas a ser gobernadas como antes. De aquí se desprende el planteamiento de las condiciones objetivas y subjetivas para una revolución social. Por lo que no creemos que se trate de una crisis del régimen del Clan Bukele, mucho menos de debilidad, sino más bien, todo lo contrario, es una posición de fortaleza hegemónica, que le permite dar éste paso para consolidarse como dictadura.
Fortaleza política del Clan Bukele.
Nosotros consideramos que el Bukelismo pudo realizar este movimiento táctico, no como muestra de debilidad sino más bien, como muestra de su fortaleza política. Esta fortaleza política tiene varios elementos importantes, pero mencionaremos solamente dos de ellos para el presente análisis:
- Victoria temporal a la violencia de las pandillas: La primera y quizá la más importante es la llamada “Guerra contra las pandillas” y la narrativa trabajada finamente, que ha salido victorioso, situación que lo catapultó a la cúspide del poder y le dio la aprobación y popularidad por parte de un gran sector de la población salvadoreña, relato que aún usufructúa, al mantener la idea de haber traído la seguridad al país sin importar a que costo: Mas de tres años de régimen de excepción, con un estado policial, detenciones arbitrarías, graves violaciones a los derechos sindicales y derechos humanos en general. Pero con una supuesta paz social, disminución de los homicidios y reducción al mínimo de las extorsiones.
- Respaldo internacional: Lo segundo es el respaldo dado por la ultraderecha a nivel internacional, y convertirse en el niño símbolo de las más recalcitrantes derechas internacionales, y más específicamente el respaldo recibido por el imperialismo estadounidense, que dio el espaldarazo a la reelección presidencial y las reformas al “rechazar la comparación con regímenes dictatoriales” “La Asamblea Legislativa de El Salvador fue elegida democráticamente para promover los intereses y las políticas de sus electores. La decisión de realizar cambios constitucionales es suya. Les corresponde decidir cómo debe gobernarse su país” (Declaración un portavoz del Departamento de Estado).
No hay que olvidar ante éste respaldo, que en éste contexto para la región latinoamericana, El Bukelismo es lo que el imperialismo necesita, como modelo de hombre fuerte y servil a sus intereses, por lo tanto, respaldara cualquier decisión que de este emane (mientras le sea útil).
En este sentido las medidas aprobadas fortalecerán aún más al régimen del Clan Bukele y al mismo tiempo debilitará aún más a la casi extinta oposición en el país. Consolidando un régimen cada vez más cercano al Bonapartismo, que Trotsky definía como: El bonapartismo es un gobierno personalista que aparenta independencia de las clases dominantes, pero sirve para preservar sus intereses supraparlamentario, que gobierna apoyándose en la policía y en el ejército (…), es el régimen en el que la clase dominante se ve obligada a tolerar –para preservar su propiedad– la dominación del gobierno por un aparato militar y policial.
Lo que hemos dicho demuestra la importancia de distinguir entre la forma bonapartista y la fascista. No obstante, sería imperdonable caer en el extremo opuesto y convertir el bonapartismo y el fascismo en dos categorías lógicamente incompatibles. (Obras de Trotsky: La lucha contra el facismo y Hacia donde va Francia).
Es desde esta caracterización desde donde nosotros las personas militantes del PT entendemos la situación actual en El Salvador.
La debilidad dentro de la fortaleza
Ahora, es importante mencionar una cuestión clave en este análisis. Y es que, como toda lucha de clases y la historia, su avance no es lineal, sino en espiral, es por esa razón que consideramos, que la fortaleza del Clan Bukele al poder aprobar éstas medidas, prácticamente sin ninguna reacción, es a la vez su más grande debilidad. El Clan Bukele sube al poder en el 2019 con la ayuda del partido Gana, lastre del partido ARENA representante de la derecha más recalcitrante y fundamentalista.
Para el 2024 Bukele vio como necesario la construcción de un instrumento político propio que bautizó como Nuevas Ideas (NI). He aquí la cuestión critica. NI nace del Bukelismo por una necesidad que la misma constitución le requiere, pues para que un individuo decida lanzarse como candidato a la presidencia necesita de un partido político.
Pero el Bukele aquí cometió un error histórico. Creó a NI a su imagen y semejanza. En las elecciones presidenciales del 2024 estaba claro que no importaba quien se postulara para cargos de diputados o alcaldes, hasta un maniquí con saco y corbata pudo haber ganado, pues no se trataba de NI, se trataba de la imagen del hombre fuerte (Bukele).
Nayib Bukele arrasó las elecciones, el Bukelismo se fortaleció aún más y con ello surgen los puya botones (Es la manera en cómo los diputados de NI son conocidos por no tomar decisiones propias, sino por solamente acatar ordenes provenientes de casa presidencial). Desde entonces mantuvo y fortaleció esta mayoría parlamentaria que le ha permitido poco a poco, construir su régimen bonapartista, anulando las más básicas libertades democráticas y eliminando cada vez más la participación política de la Clase Trabajadora y los Pueblos. Sin embargo esta mayoría estaría en riesgo para las elecciones de diputados y alcaldes del 2027.
Reforma para salvar a NI
En este orden de ideas uno de los aspectos particulares y que llama la atención, es, la reforma concerniente al recorte del mandato presidencial del 2029 al 2027, sincronizando las elecciones presidenciales con las legislativas y municipales.
He aquí el Bukelismo al rescate de su vehículo electoral. Sin esta reforma NI tenía vaticinada la perdida de muchas alcaldías a nivel nacional, pero ésta no era la principal preocupación, sino la pérdida de un gran número de diputados en la Asamblea Legislativa lo cual desgastaría un sector fundamental del régimen su soporte institucional y se caería su careta democrática.
He aquí el hecho contradictorio en ésta “jugada maestra”, el hecho del porqué el Bukelismo decide salvar a NI, para mantener el control del aparato legislativo, y así poder fingir una democracia parlamentaria, a través de sus diputados, que además le garantizan el control del aparato estatal y los cambios express y sin cuestionamientos y con una oposición nula.
La realidad de El Salvador, es parte de una realidad regional y mundial en donde hay un auge de las dictaduras y debe estar claro para la izquierda revolucionaria.
Hay que decir, que lo que está ocurriendo en El Salvador no es una excepción sino la norma regional. Existe en este momento una tendencia global de recorte de las libertades democráticas. El caso más cercano lo tenemos en nuestro país vecino Nicaragua, con su propio Bonaparte Daniel Ortega, de quien Bukele está copiando algunas cuantas medidas. Éste recorte de las libertades democráticas responde a una combinación de desgaste de la democracia burguesa y de crisis crónica del capitalismo y que las izquierdas reformistas no han sido capaces de salir, al no abandonar la receta neoliberal. El recorte de las libertades es condición sine qua non para continuar con el plan de saqueo y super explotación, ejemplo de ello son las reformas económicas demandadas por parte del FMI e impuestas por el Bukelismo a partir del 2024; otro ejemplo son los mega proyectos impulsados en todo el país, pero en particular en la zona oriental.
Aquí es importante mencionar la hipocresía por parte de la dirigencia del FMLN y sectores de la izquierda que aún mantienen la defensa de regímenes dictatoriales en américa latina, por colocarse bajo el signo del mal llamado Socialismo del Siglo XXI. Por un lado, se rasgan las vestiduras y critican fuertemente al Bukelismo, utilizando calificativos como dictador, represor, violador de derechos humanos, etc. Mientras que por otro lado callan ante lo que está pasando en Nicaragua o Venezuela que es lo mismo, pero con esteroides.
Posición ante la democracia burguesa
Como parte de la izquierda marxista y revolucionaria, nos posicionamos en contra de las reformas constitucionales realizadas, ya que recortan las libertades democráticas para la Clase Trabajadora y Los Pueblos, pero no nos posicionamos en defensa del Estado Burgués, ni de la Constitución de d’Aubuisson, para nosotros las personas militantes del PT es claro que la defensa de la vieja constitución como instrumento generador y garante de la democracia es toda una farsa. Dentro de la democracia burguesa las leyes son vistas como instrumentos de dominación de la clase. capitalista (burguesía) sobre la clase trabajadora.
Marx decía que en la Democracia Burguesa el sistema legal, lejos de ser neutral, está diseñada para proteger los intereses de la clase dominante y mantener el orden social existente.
Por lo tanto, queremos ser enfáticos que antes, durante y después del Bukelismo no importa quien llegue al poder. Mientras se mantengan la misma estructura del modo de producción capitalista y sobre esta se monte una superestructura de donde emanen leyes y fuerza coercitiva para defender al estatus-quo la clase trabajadora seguirá sometida. Es por ésta razón que consideramos que la salida al Bukelismo no es electoral, y no termina con el fin de Bukele, se trata de construir una conciencia clasista y popular y un horizonte socialista.
Por lo tanto, nos manifestamos en contra de la defensa de la vieja constitución y nos proclamamos a favor de una nueva que emane de la Clase Trabajadora y los Pueblos.
Desde el PT, estamos a favor de un nuevo Estado, que exprese el poder de la clase obrera y los sectores populares salvadoreños. Pero también entendemos que bajo las normas de una democracia burguesa existen ciertos derechos civiles ganados y que no se pueden perder, no podemos retroceder. Por lo tanto, nos pronunciamos en defensa de esos derechos y en contra de cualquier ataque para minimizarlos o anularlos.
Llamado a la acción
Sabemos que la lucha revolucionaria no es una cuestión de ideas impulsivas ni de aventurismos. Sabemos que ésta lucha se desarrollará entre fuerzas antagónicas y no será una lucha fácil.
Para nosotros en el PT, la importancia es la organización política para la acción en la lucha de la clase obrera. Sin embargo, sabemos que la lucha dentro de los límites de la democracia burguesa es importante. Por lo tanto, nos plantamos en contra de las medidas del régimen Bukelista, en esta lucha llamamos a los sectores de la izquierda revolucionaria y sectores populares a:
- Discutir con la vanguardia que es lo que representa el Bukelismo y este nuevo giro hacia la consolidación de la dictadura y construir junto a ella al calor de la lucha permanente, el programa político para enfrentarlo.
- Acompañar y apoyar para que las masas hagan la experiencia con el Bukelismo, por lo cual es necesaria la unidad de acción de los sectores revolucionarios, la clase trabajadora y los pueblos, para enfrentar el plan de explotación y saqueo, sin pactos con sectores burgueses o partidos de derecha “democrática” o “progresista”, tenemos plena convicción que no es momento para frentes amplios poli clasistas, no podemos repetir los mismos errores, mientras tanto pacientemente explicaremos qué es el Bukelismo y por qué no representa una salida para las necesidades de la clase Trabajadora y el pueblo salvadoreño, y porque no podemos repetir las experiencias de frentes populares como las alianzas con los amigos de mauricio, o la conciliación de clases.
- En este proceso deberá de existir una acumulación de fuerzas. Dicha acumulación de fuerzas no solo se debe de plantear la reconquista de las libertades democráticas, sino también debería plantear la necesidad de un programa para fundar una nueva Sociedad Socialista en El Salvador. Al servicio de esto está la Construcción del Partido de la Clase Trabajadora.
¡Por la construcción del programa para la revolución salvadoreña!
¡Por la unidad de la Clase Trabajadora y los Pueblos, sin sectores de la Burguesía para enfrentar al Bukelismo!
¡Por la construcción de un Nuevo Estado Socialista en El Salvador y Centroamérica!
San Salvador 19 de agosto de 2025
