El día de ayer Luis Guillermo Solís hizo público el despido de 6 funcionarios de confianza del gobierno. Estos fueron denunciados por una minuta que planteaba el “uso de recursos del gobierno” para beneficio del partido PAC y sus “Juventudes Cantonales”.
Cabe resaltar que la minuta fue revelada por una corriente interna del PAC que adversa a los funcionarios, que son por su parte, militantes de la corriente Juventud Progresista. Casi todos provienen de la corriente universitaria de la UCR conocida como “Progre”, incluyendo a Mariano Salas, quien fue presidente de la FEUCR y es, según la minuta, el autor de la frase en cuestión.
El presidente dio el anunció horas después de que medios como La Nación y Teletica ventilaran el hecho y criticaran duramente a los funcionarios. Según dijo Solís “no va a tolerar la mínima insinuación ni sospecha acerca de un uso indebido de los recursos públicos de cualquier tipo. Aunque este hecho haya sido siquiera una sola sugerencia”.
Desde el Partido de los Trabajadores repudiamos el contenido clientelista de lo planteado en esta minuta por los exasesores. No los tomamos por jóvenes víctimas del adultocentrismo en la política puesto que ya una vez, disputando la FEUCR (Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica) contra ellos, los denunciamos por recibir financiamiento de parte de la Rectoría en el 2010.
No lloramos su salida, pues lejos de ser un recambio joven a la izquierda en la política nacional (como algunos los quieren retratar), se trata de un grupo de ex activistas universitarios convertidos en fieles funcionarios de un gobierno represor y continuista de las políticas neoliberales.
Queremos, eso sí, dejar en claro que no le hacemos coro a Ottón Solís ni a medios como La Nación que aprovechan lo ocurrido para golpear al gobierno y presionarlo para que tome su agenda y abandone sus pactos con el Frente Amplio.
Tampoco vemos en la resolución del presidente un acto orientado a resguardar la transparencia en el uso de los recursos públicos frente al pueblo. Al contrario, su política fue la de despedirlos sin ninguna indagatoria esperando que el tema muriese ahí.
Para nosotros el presidente se doblega una vez más ante las exigencias de los grandes medios pro empresariales y los partidos de la oposición. La única diferencia entre la salida de Melvin Jiménez y la de estos asesores, es el poco margen y prestigio político que le queda a este gobierno para defender sus fichas.
Para nosotros la salida de estos asesores refleja el enfrentamiento entre las fracciones del PAC divididas por su posición frente a la alianza con el Frente Amplio. Por eso el gobierno, que hoy niega el pacto firmado por su agrupación con el FA y la ANEP y busca consensuar su receta antipopular con la de Liberación Nacional y el empresariado, responde rápidamente con su despido. Por eso Ottón Solís pidió sus cabezas, mientras que Margarita Bolaños, partidaria de la llamada “Agenda Patriótica por el Bien Común”, los defendió.
Como PT repudiamos las expresiones de los ex asesores, pero no le damos crédito al gobierno por removerlos puesto que él mismo continúa con la cultura electorera de “los mismos de siempre”. El intento de dicho partido de cobrar deuda política con facturas “infladas” de la segunda ronda electoral es tan solo un ejemplo de esto.
Reivindicamos la participación de la juventud en la política pero no reivindicamos a estos jóvenes; ellos son defensores de un gobierno que traicionó las expectativas de cambio del pueblo para impulsar el mismo recetario de Liberación y la Unidad.