Llamado del Partido de los Trabajadores a las organizaciones de izquierda, sindicales y populares.
Este 20 de enero, asumirá Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, durante 8 años el imperialismo estadounidense tuvo al frente “el rostro amable” de los demócratas liderados por Barack Obama. El imperialismo mundial necesitaba de un “rostro renovado” para poder seguir adelante con sus políticas de saqueo y explotación, que se veían puestas en entre dicho por los desastres militares en Irak y Afganistán y por la creciente fuerza de las movilizaciones populares en los 5 continentes.
Con Obama el imperialismo “cambio algo, para que no cambiara nada”, pero la crisis económica y política se intensificó: vino la crisis económica mundial de 2008, el inicio de las revoluciones árabes, el ascenso de las luchas anticapitalistas en Europa. La crisis y las movilizaciones populares hicieron saltar varios de los pilares del status quo imperialista.
Ahora el imperialismo se apresura a una nueva táctica, ha puesto a la cabeza del sistema imperialista mundial a un populista abiertamente reaccionario: Donald Trump.
El imperialismo estadounidense está mostrándole a los pueblos del mundo su rostro real y brutal, busca darle una salida reaccionaria a la crisis social y política que viven los Estados Unidos, aumentando la explotación de la clase obrera estadounidense y aumentando también el saqueo imperialista en los mundo, simultáneamente buscará derrotar la creciente militancia juvenil, migrante, negra y obrera en los Estados Unidos.
La nueva administración de Donald Trump se está perfilando como una de las más reaccionarias, racista, misóginas, anti-obreras y agresivamente imperialistas que los EEUU han tenido en décadas.
Un ex ejecutivo de Goldman Sachs, Steven Mnuchin, liderará el departamento del Tesoro; el Director Ejecutivo de Exxon, Rex Tillerson ha sido nombrado Secretario de Estado; el Director Ejecutivo de una cadena de restaurantes de comida rápida (CKE Restaurants) que paga salarios de miseria, Andrew Puzder, será Secretario de Trabajo; el funcionario puesto a cargo de la Agencia por la Protección del Medio Ambiente (EPA), Myrin Ebell, no cree en el cambio climático y apoya un plan energético a base de combustibles fósiles, y finalmente una millonaria que defiende la privatización de la educación (Betsy DeVos) liderará el Departamento de Educación.
Es además un gobierno que representa directamente a los empresarios más adinerados, el portal económico Quartz señala que 17 miembros nombrados en el ejecutivo por Trump ganan más dinero que 43 millones de hogares estadounidenses (calculándolo con una renta media de $55,000 al año).
Es, por lo tanto, el gobierno de los ricos más ricos en la historia estadounidense y por lo tanto en la historia de la humanidad. La cantidad de poder y dinero que se agrupa alrededor de Donald Trump ronda según distintos medios de prensa entre $9,500 millones a $35,000 millones.
La verdad es difícil para las masas laboriosas o para la opinión publica común y corriente hacerse una idea del volumen de riqueza de los plutócratas que gobernaran Estados Unidos.
Enfrentar al nuevo gobierno de Trump por lo tanto tiene una importancia capital, como hemos dicho, lejos de ver en la elección de Trump un “giro conservador” (es decir que todo está perdido y la derecha ha impuesto sus planes), hay que tomar en cuenta que hay un creciente movimiento de resistencia al interior de los Estados Unidos.
Desde el primer día de la elección el pueblo estadounidense: estudiantes, mujeres, negros, obreros se han movilizado contra Trump. Hay una convocatoria federal y estatal para movilizarse el día 20 y el día 21, en los Estados Unidos y esta iniciativa pretende tornarse mundial.
Los pueblos de América Latina debemos de tomar parte de este movimiento contra la “cabeza visible” del imperialismo. El gobierno de Trump debe ser un momento para revigorizar las tradiciones antimperialistas latinoamericanas, recuperar el vigoroso movimiento anti imperialistas que supimos desarrollar durante el gobierno de George Bush Jr.
Es por eso totalmente repudiable las declaraciones del gobierno de Luis Guillermo Solís, en el sentido de felicitar y “esperar que se pueda trabajar conjuntamente” con el gobierno de Trump.
A los pueblos centroamericanos, les espera lo conocido: un aumento de la persecución y criminalización de los migrantes centroamericanos en EEUU, un aumento en la presencia militarista norteamericana y un aumento en los planes de saqueo de la fuerza de trabajo y de los recursos naturales. No podemos esperar otra cosa del gobierno reaccionario de Trump!
Es por eso que desde el Partido de los Trabajadores hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas que defienden las libertades democráticas, el derecho de los pueblos a la autodeterminación, los derechos de las mujeres, los derechos sociales y económicos de la clase obrera y los pueblos del mundo, que realicemos este 20 de Enero una protesta frente a la Embajada estadounidense para mostrar que el pueblo trabajador costarricense al igual que muchos pueblos del mundo repudio a la nueva administración imperial estadounidense.