Ayer 17 de setiembre el gobierno de Carlos Alvarado nuevamente reprimió a su propio pueblo, como ya antes lo había hecho en la Universidad de Costa Rica.
La represión llevada adelante por Michael Soto, Ministro de Seguridad, fue una clara operación política para deslegitimar la huelga, una política desesperada ante los avances de la huelga, en número, en simpatía popular y a lo interno de la propia policía.
Primero, de manera absolutamente irresponsable y sin mostrar pruebas Rodolfo Piza y Michael Soto acusaron a los manifestantes de actos de sabotaje. Una siniestra operación para poner a los huelguistas como irresponsables, ante la opinión pública.
Pese a que las direcciones sindicales se distanciaron de los hechos, la prensa y el gobierno siguieron propagando la versión de una relación entre el derrame y los huelguistas. Se preparaba el clima de represión.
Por la tarde reprimieron Moín, con fuerza y varios detenidos, pese a que los manifestantes habían abierto el paso. Luego reprimieron en La Garita de Alajuela y finalmente en el cierre de Barranca, que ha sido uno de los “corazones” de la huelga.
La represión en Barranca fue infame y a mansalva, una lluvia de gases lacrimógenos cayeron sobre los manifestantes.
La represión no ha debilitado a los huelguistas que hoy retoman los mismos centros de lucha, los planteles de Recope, que se han vuelto símbolos del movimiento.
La represión de Michael Soto y Carlos Alvarado no tiene nada que ver con garantizar el libre tránsito, solo están reprimiendo allí donde hay presión y mandato de los empresarios para reprimir: en los planteles de Recope. El gobierno de Carlos Alvarado para congraciarse con los empresarios solo está reprimiendo para garantizar el abastecimiento de gas a los grupos empresariales.
Igualmente aunque el partido Frente Amplio condene las acciones de represión, mientras siga en el gobierno es otro cómplice de estas políticas.
Desde el PT condenamos la represión del gobierno de Carlos Alvarado y Michael Soto, Ministro de Seguridad. Hacemos un llamado a todo el movimiento sindical a mantener y profundizar las movilizaciones y los bloqueos como forma de lucha.
Demandamos a la Fiscalía que no se procese a ningún manifestante.
Exigimos la renuncia inmediata del represor Michael Soto.