En nuestro país no existe legislación que garantice registrar, contabilizar y por ende visibilizar los crímenes de odio que se perpetúan contra la comunidad LGBTI. Tanto así, que ni siquiera existe un censo o estudios científicos claros que permitan saber cantidades, proporciones y el estado de dicha población en Costa Rica.
Crímenes tan violentos como el de este 12 de noviembre que sufrió Stephannye Paola Castro Mora, de 28 años de edad, vecina de San José y oriunda de Pérez Zeledón, la cual fue asesinada y descuartizada hace suponer a las autoridades que este hecho tuvo como principal móvil la orientación sexual de la víctima, porque aunque han circulado distintas versiones sobre el hecho, lo cierto es que la crueldad con la que fue perpetrado su asesinato, deben despertar alertas y llegar hasta el fondo con la investigación, poniendo atención al hecho de que fue una mujer lesbiana.
Casos violentos como estos y otros más donde media la tortura, la burla, el desprecio y la discriminación son cotidianos, pero la invisibilización por parte del gobierno hace aún más vulnerable y difícil la protección a las personas sexualmente diversas.
Carlos Alvarado en su campaña electoral se hizo pasar por el abanderado de los derechos humanos, se ve a todas luces que en su gobierno eso no es una prioridad. Y aunque exista un comisionado encargado de mediar en los temas de diversidad y Enrique Sánchez Carballo y Paola Vega, diputados de la fracción del partido de gobierno solicitan a las autoridades judiciales investigar el caso a fondo, se evidencia que la institucionalidad no resuelve de manera concreta ni pronta las necesidades más inmediatas de la población, manteniéndose una deuda histórica contra la población LGBTI que se encuentra desprotegida frente a los actos de odio.
Por eso desde el Partido de los Trabajadores planteamos:
- La necesidad de que se realice un censo que permita caracterizar a la población LGBTI y a partir de eso se puedan tomar acciones para su protección y defensa.
- Legislación clara y contundente para que se tipifiquen y sancionen los crímenes de odio, ante la discriminación y violencia por orientación sexual y de género.
Hacemos un llamado, no solo al activismo LGBTI, sino a todos los sectores de trabajadores, a coordinar diversos mecanismos de lucha y manifestación en las calles, pues en definitiva el capitalismo se aprovecha de la segregación, discriminación y segmentación de la clase trabajadora para debilitar nuestras luchas. Para que la sociedad sea respetuosa e igualitaria se requiere de un cambio en el sistema social, que pasa por la construcción de una sociedad socialista.