Cada semana que pasa saca a relucir con mayor claridad el carácter antipopular y de continuidad de este nuevo gobierno. Para el pueblo trabajador basta ver como el costo de la vida se ha disparado aún más que con Chinchilla y como el mismo gobierno contribuye con esto golpeando sus bolsillos con nuevos tarifazos para dar cuenta de esto.
Lecciones de la huelga magisterial
Cada semana que pasa saca a relucir con mayor claridad el carácter antipopular y de continuidad de este nuevo gobierno. Para el pueblo trabajador basta ver como el costo de la vida se ha disparado aún más que con Chinchilla y como el mismo gobierno contribuye con esto golpeando sus bolsillos con nuevos tarifazos para dar cuenta de esto.
Tomando impulso a partir de la derrota de la huelga magisterial, Solís presentó un plan para ”enfrentar” el déficit fiscal que atacará con dureza las conquistas salariales y el nivel de vida de los trabajadores públicos.
Considerando que la huelga de los trabajadores del MEP fue la primera lucha en contra el nuevo mandatario, resulta necesario sacar de esta las lecciones que nos permitan fortalecer las luchas de hoy y las que se vienen.
1) El descontento se transformó en un gran poder de las bases
El pasado 2 de Junio los trabajadores del MEP se vieron forzados a rendir su huelga con plena conciencia de que el acuerdo elaborado y negociado por su dirigencia era insuficiente y tramposo.
Este les impuso volver a clases aún sin salario en muchos casos y cumplir con una forma de pago que no garantiza claridad previa de lo adeudado y cuyo plazo de 72 horas ya comienza a ser incumplido por el MEP. También mantuvo intacto el sistema de planillas INTEGRA 2 a pesar de toda la corrupción e ineficiencia detrás de su adopción.
A pesar del resultado, esta huelga fue una de las más amplias y combativas que el país ha vivido en los últimos años. En ella la base magisterial demostró una iniciativa, combatividad y claridad respecto a cuales eran sus intereses y cuales los del gobierno que quedaron registrados a lo largo de toda la huelga.
Esto quedó demostrado en el hecho de que fueran algunas asambleas de base a nivel nacional las que arrancaran con la huelga a pesar de tener en contra a sus direcciones en un primer momento. El que el movimiento se mantuviera y fortaleciera con grandes movilizaciones y algunos bloqueos luego del traspaso, a pesar de las ilusiones con el cambio de gobierno, fue otro gran ejemplo también.
Junto a estos dos también podemos ubicar el masivo rechazo a la propuesta inconsulta e insuficiente de las directiva de APSE, ANDE y SEC en la asamblea conjunta del 28 de Junio.
Todos estos elementos hacen parte de un nuevo estado de ánimo mucho más combativo en el pueblo trabajador que ya se expresó en la masiva votación por la izquierda por el Frente Amplio, y a menor escala por el PT en las pasadas elecciones. Este busca cada vez más la movilización como herramienta para enfrentar sus problemas, independientemente de quien ocupe la silla presidencial.
2) El gobierno se apoyó en un sector sindical para derrotar al magisterio
En ediciones anteriores de SH advertíamos que este nuevo gobierno buscaba la colaboración de las dirigencias sindicales para que, a través de una negociación, pudiera aplicar sus planes antipopulares que incorporaban políticas del PLN como el IVA y la ley de empleo público. También destacábamos el respaldo que tenía de la iglesia católica y de importantes medios de comunicación como canal 7 para esta lograr esta tarea.
Esta política de concertación fue implementada durante este último mes con el objetivo de aislar la huelga y así poder derrotarla.
En concreto el gobierno se apoyó en una alianza anti huelga en la que participaron Leonardo Garnier, Repretel, Teletica, Amelia Rueda, La Nación, la defensora Taitelbaum, entre otros. Esta alianza se encargó de hacer eco a las mentiras del gobierno y así revertir la popularidad con que contaba la huelga entre el pueblo.
Hasta aquí no habría nada muy distinto de los gobiernos anteriores, sin embargo con esta nueva política de concertación destacó también el rol del Arzobispo José Rafael Quirós y de Albino Vargas de la ANEP en el conflicto.
El primero tras declarar una supuesta empatía para con los educadores hizo un llamado para que estos aceptaran las soluciones planteadas por el gobierno a pesar de haber sido rechazadas por las bases el 28 de Mayo.
Albino Vargas por otro lado fue mucho más allá y en el programa radial, Hablando Claro del 21 de Mayo, argumentaba que la ANEP no daría ninguna solidaridad con la huelga diciendo: “si alguien quería moverse en ANEP, que no se mueva porque ya hay una propuesta de solución en la mesa”.
Allí justificaba su posición diciendo que la propuesta del adelanto de los bancos estatales era una buena solución e insinuó que la prolongación de la huelga se debía a “sectores políticos partidistas que estarían interesados en la prolongación del conflicto” e hizo referencia a que el problema también eran los liderazgos gremiales interesados en que se mantuviera el viejo sistema y sus nombramientos fantasmas.
Estas declaraciones bastan para describir a Albino Vargas como un aliado del gobierno en su campaña por desacreditar la huelga y desmovilizarla. El burócrata sindical está comprometido, al igual que otros dirigentes, con la plataforma de diálogo con el gobierno conocida como “Manos a la obra”. Esta busca que el gobierno tome algunos de sus proyectos a cambio de lo cual desde ya los dirigentes le corresponden por adelantado posicionándose de su lado en el conflicto con el magisterio.
3) La dirigencia magisterial sembró su propia derrota
En un primer momento las dirigencias de ANDE, SEC y APSE fueron contrarias a la huelga e inclusive intentaron desanimar a las bases que salían a parar solas. Una vez que esta los presiono, y a regañadientes convocaron a huelga, buscaron frenar los intentos de las bases de democratizar la toma de decisiones e intensificar las medidas de presión apelando a verdaderos bloqueos.
Esto lo hicieron de múltiples maneras, pasaron mociones para que no se votara en las asambleas y todo quedara en sus manos, se negaron a realizar bloqueos de ruta prolongados y coordinados a nivel nacional a pesar de la necesidad que las mismas bases veían en realizarlos. Tampoco les paso por la cabeza que era necesario coordinar con el estudiantado y los padres de familia para fortalecer la huelga en cada comunidad.
Hubo también intentos de estas de arrogarse el poder de acordar con el gobierno sin consultar a las bases. Así paso con el acuerdo presentado por el Bloque Sindical y Magisterial que luego de ser casi preaprobado por el gobierno y los dirigentes, fue rechazado por las bases el 28 de Mayo.
Con esta política la dirigencia desaprovechó la potencialidad de las bases en el movimiento, permitió que el gobierno se reposicionara ante la opinión pública y lograra aislar al magisterio mediante la ofensiva de los medios de comunicación. Era un hecho que el paro en sí mismo no era suficiente para doblegar a un gobierno que había ganado alguna legitimidad en las elecciones y contaba con muchos
aliados, a pesar de esto se negaron a presionar más allá de las marchas lentas.
Ya frente a la última etapa de debilitamiento de la huelga Gilberto Cascante y Gilberth Díaz de ANDE y SEC actuaron como agentes del gobierno y traicionaron la huelga.
En lugar de discutir un verdadero plan para fortalecerla, pidieron al mismo Arzobispo Quirós, quien formaba parte de la coalición antihuelga, que intercediera ante el gobierno para que así estos pudieran presentar la misma propuesta que ya había sido rechazada por las bases y finalmente hacerla votar en asambleas debilitadas.
En este marco la directiva de APSE intento diferenciarse pero muy limitada y tardíamente. Luego de haber tenido el mismo manejo antidemocrático y pasivo que las otras dos dirigencias durante casi toda la huelga, Ana Doris Gonzales intento legitimarse reivindicando como una “victoria” la introducción de algunas observaciones de la base al documento.
Es claro sin embargo que fue el manejo de las tres dirigencias lo que llevo la huelga a un callejón sin salida y preparo el terreno para que el gobierno forzara la aprobación de un acuerdo que le permitiese imponer sus intereses.
4) Hizo falta algo más que la solidaridad parlamentaria de parte del Frente Amplio
El Frente Amplio se limitó a apoyar la huelga de palabra y desde el parlamento, mientras que mantenía vigentes todos sus pactos con el gobierno e inclusive suscribió otros más como la Fracción Caribe.
Mientras tanto, muchos simpatizantes y militantes suyos en el magisterio enfrentaban los embates del gobierno sin ver a su partido utilizar su recién ganado peso en las comunidades y la opinión pública para apoyar la victoria de la huelga.
En los hechos el Frente Amplio prefirió limitar su apoyo a la huelga a los discursos con tal de no arriesgar el pacto que sostiene con el gobierno. Es decir su alianza con el gobierno también contribuyó a dejar aislada la huelga.
De haber tenido la voluntad, el Frente Amplio hubiera podido poner a cientos de activistas a buscar la solidaridad del pueblo en las comunidades, a Jose María Villalta a hablar en la televisión para salir en defensa de los trabajadores del MEP.
Ahora que el gobierno asoma su verdadero rostro y se viene al ataque con más tarifazos, una nueva ley de empleo público y más endeudamiento y concesiones es necesario que exijamos que al Frente Amplio que deje de sostener a este gobierno antipopular y rompa con él de verdad para ponerse del lado del pueblo trabajador que está enfrentando los ataques de este.
Por nuestra parte, como Partido de los Trabajadores, participamos de la huelga desde dentro de las asambleas, luchando por la democratización de las decisiones y la intensificación de los métodos de lucha. También impulsamos manifestaciones de solidaridad estudiantil en Guápiles, comunitaria en Guararí y universitaria en la UCR.
Creemos que otra de las lecciones fundamentales que nos deja esta huelga es que los trabajadores de la educación y todo el pueblo en general necesitan contar con un partido que priorice la victoria de sus luchas por encima de la actividad parlamentaria y el cálculo político. Este es para nosotros el PT, que hoy es el único que plantea la necesidad de confrontar a este gobierno continuista en las calles y de desenmascarar a todos sus aliados a lo interno del movimiento sindical y social.