- Este 8 de marzo queremos denunciar la situación específica que viven en nuestro país las mujeres nicaragüenses.
En el país hay actualmente más de 400 000 personas nacidas en el extranjero, según datos del Censo de Población. La principal razón para migrar es la búsqueda de trabajo. Sin embargo, a los y las nicas se les suela pagar salarios menores al mínimo o pagos por productividad ínfimos en relación al precio de mercado de lo producido. Son condiciones de fuerte explotación y ritmos de trabajo que incrementan conforme las empresas despiden personal para mantener o aumentar sus ganancias. Situación que empeora si se es mujer nicaragüense ya que la explotación no disminuye pero sí la paga recibida, menor que la de los hombres, y expuesta a otra serie de situaciones contra su vida y dignidad.
A la situación de explotación se suma la opresión por ser extranjera, con la deplorable cuota de humillaciones y actos discriminatorios correspondiente. Una mujer nicaragüense está expuesta en su lugar de trabajo, desde acoso sexual, hasta grados de violencia física y sexual. Todo lo cual va quedando impune puesto que se amenaza a la mujer con denunciarla por su condición de inmigrante.
Las multas establecidas en la Ley de Migración, que entró a regir bajo el gobierno del PAC, deja indefensas a las mujeres en condiciones de “irregularidad” puesto que podrían ser deportadas y multadas al intentar denunciar algún abuso en su centro de trabajo o incluso en su hogar, como en el reciente caso de violencia en Los Chiles. Las mujeres suelen migrar con hijos e hijas, muchas veces menores, lo que hace de su situación aún peor, sin tener acceso a instituciones para su cuido ni protección vez en el país.
Las mujeres nicaragüenses son el sector más explotado de la clase:
Las mujeres nicas trabajan en gran número como trabajadoras domésticas. Siendo este el oficio peor remunerado según la escala salarial. El salario mínimo mensual para una empleada doméstica es de ¢169.142 para el I Semestre del 2015, (100,000) cien mil colones menos que el salario mínimo de un trabajador no calificado (MTSS, 2015).
Trabajo con mayor irrespeto de la jornada laboral (hasta 12 horas continuas cuando viven en su centro de trabajo), expuesta a múltiples abusos y violación de derechos: despidos injustificados, no pago de garantías laborales, malos tratos. Además, únicamente el 4% de las trabajadoras domésticas es asegurada ante la CCSS (Consejo Nacional de Migración, 2013)
Discriminación y xenofobia
En los servicios de salud, la población nica es discriminada por prejuicios xenofóbicos, insultada de múltiples formas a tal punto de negársele la atención médica a la que tienen derecho. Ejemplo de esto fue el caso que trascendió en diciembre del año pasado, en que en principio se negó el derecho a una nicaragüense embarazada a que su esposo la asegurase (Crhoy, 26 de diciembre 2014). O el caso lamentable denunciado por el PT, donde en un caso de violencia obstétrica se le negó una cesárea de urgencia a una joven nicaragüense, mal praxis que generó serios daños al menor llevándolo a la muerte los 8 meses de haber nacido. Las mujeres nicaragüenses son víctimas de xenofobia y machismo cuando deciden asistir a centros de salud. Servicios como ginecología, obstetricia, pediatría son negados o mal tratados en muchas ocasiones.
La mujer nicaragüense necesita que la sociedad se transforme para poder tener una vida digna y libre. Por eso desde el Partido de los Trabajadores las invitamos a organizarse para exigir que se cumplan sus derechos laborales y de salud. Ni la patronal ni el Estado costarricense van a garantizar el empleo y condiciones laborales dignas, salud oportuna, a las hermanas nicaragüenses sin que nos movilicemos a exigírselo.
¡Abajo la Ley de Migración!
¡No más xenofobia en los servicios de salud!
¡Por el respeto de sus derechos laborales! Igual trabajo igual salario!
¡Por servicio digno de salud, educación y protección para ellas y sus hijos!