Por: José Daniel Cascante Calderón, estudiante de Medicina UCR y militante del PT.
La pandemia fue un evento inesperado y de crecimiento exponencial que puso en jaque a la clase trabajadora.
Sin embargo, todas las poblaciones de la heterogénea Costa Rica sufrieron los estragos de una pandemia que se salió de control.
Una de estas poblaciones fueron los y las estudiantes. Absolutamente todas las universidades y centros educativos tuvieron que detener sus actividades y luego retomarlas con una estricta virtualización durante todo el año 2020.
La flexibilidad de ciertas carreras les permitió adaptarse a la virtualidad, en cambio otras, como las de Ciencias de la Salud vieron completamente mermadas las actividades que tenían que ser obligatoriamente presenciales y que son requisitos estrictos de sus carreras, entre ellas: rotaciones, campos clínicos e internados.
Los internos e internas de medicina son estudiantes de último año de esta ciencia de la salud y suman más de 600 personas. Ese último año de carrera no se basa en la teoría, pues todos ellos y ellas han completado con éxito todos los cursos teóricos de su plan de estudios, y el internado es la forma en la que reafirman con la práctica lo aprendido luego de largos años de estudio. Estamos hablando entonces de que son 600 estudiantes capacitados y capacitadas para la atención oportuna de pacientes y para realizar procedimientos médicos, o bien colaborar en ellos.
¿Qué está sucediendo?
Desde marzo del año pasado se suspendió el ejercicio de los y las médicos que desempeñaban su internado en todos los hospitales del país. Se reintegraron a finales del 2020 en 1/5 bloques, luego en 3/4 bloques y el día 26 de mayo de 2021 se volvió a suspender del todo.
Sin estos estudiantes cumpliendo su internado suceden dos hechos principales:
1. La densidad del personal médico bajó; pues sacaron a más de 600 médicos internos de los hospitales los cuales pueden ser de ayuda fundamental en la coyuntura pandémica que vivimos.
2. Los y las médicos no se podrán graduar para optar por cupos en especialidades, rifa de servicio social en zonas periféricas, o bien laborar como médicos generales.
En un mundo en donde las vacunas son un privilegio, los y las estudiantes del área de salud son el grupo 5 en la lista de vacunación. Ninguna institución gubernamental ha justificado la razón del por qué no adelantar la vacunación de esta población tan necesaria.
Los y las médicos que practican su internado no son los únicos afectados, sino que los y las estudiantes de tercero a quinto año de carrera han visto paralizadas las rotaciones en hospitales y siguen estancados y estancadas. Los y las estudiantes de quinto año no tienen fecha definida para realizar el IFOM (prueba que evalúa conocimientos médicos) que es necesario para seguir avanzando, pero debido al efecto cuello de botella que está irremediablemente sucediendo se pospuso.
¿Qué opinamos?
Por lo tanto, en esta coyuntura, desde la Juventud del Partido de los Trabajadores apoyamos y promovemos el movimiento REINGRESO organizado por estudiantes de medicina y movilizado el 26 de mayo de 2021 en las calles de San José, que además busca la vacunación pronta de los internos e internas y la reincorporación de estos a los hospitales de manera definitiva e inmediata. Exigimos que se les dé respuesta inmediata a sus solicitudes y que se priorice la vacunación para cada uno de ellos y ellas.
Además, creemos que ante los ataques que vivimos a la educación pública y al sector salud, debemos impulsar la más amplia organización para luchar. Exigir el cese inmediato del pago de la deuda, que hoy succiona la mayor parte del presupuesto nacional, que debería invertirse en fortalecer todo el aparato estatal para combatir en primera línea la pandemia. También reafirmamos que, ante la inacción de algunos sectores del gobierno, no hay mejor fórmula que la protesta y la movilización callejera.