El viernes 31 de Octubre pasado los trabajadores de JAPDEVA y su sindicato, SINTRAJAP, dieron una gran muestra de la integridad que caracteriza su lucha contra la entrega de dicha institución a APM.
Ellos rechazaron la propuesta que había sido gestionada por Gerardo Vargas del Frente Amplio y José Luis Castillo presidente de la Rerum Novarum y afiliado a SINTRAJAP pues no se diferenciaba en lo más mínimo de la propuesta que ya les había hecho el gobierno.
Esta propuesta aceptaba la entrega del monopolio de los contenedores para APMT, establecido en la cláusula 9.1 y levantaba la huelga. Todo a cambio de la inversión propuesta por el gobierno para JAPDEVA en su primer documento y dos comisiones entre el gobierno y SINTRAJAP que estudiarían las consecuencias económicas, ambientales, laborales y sociales de la concesión y las “dudas” del sindicato sobre el contrato de concesión con APMT.
Cabe destacar que ninguna de las comisiones compromete a Luis Guillermo Solís a alguna medida que no estuviera ya contemplada en su propuesta inicial. Por lo que es justo decir que lo que el Frente Amplio ha venido haciendo con esta propuesta, es “lobby” a favor de la propuesta del gobierno y a favor de terminar la huelga sin ninguna victoria para los trabajadores.
Desde el Partido de los Trabajadores celebramos esta valiente resolución de SINTRAJAP y reiteramos nuestra solidaridad con la huelga y nuestro compromiso con hacer todo lo que este a nuestro alcance para su victoria.
Gobierno endurece su ofensiva contra la huelga
Durante estas dos semanas de huelga la estrategia del gobierno ha sido golpear duramente al sindicato para luego buscar formas de “negociar” su rendición con una derrota completa del mismo.
El primer paso fue el violento desalojo y detención de los portuarios del muelle por parte de la Fuerza Pública. Este ha permitido que el gobierno controle los muelles y los ponga a operar contratando trabajadores “rompehuelgas”. A pesar de que es mentira que el muelle se encuentre al 100% si es cierto que ha logrado darle mayor margen de maniobra al gobierno para seguir golpeando la huelga.
Luego de este golpe vinieron la propuesta inicial del gobierno, que fue rechazada. Y la de la Junta Directiva de SINTRAJAP que buscaba una comisión que dictaminara sobre la posibilidad de renegociar la cláusula 9.1 del contrato. El gobierno rechazó esta ratificando su compromiso con el contrato negociado por Laura Chinchilla.
Ante esto el gobierno decidió apretar aún más a los trabajadores poniendo fin, unilateralmente, a la convención colectiva de los trabajadores. Esto lo hizo mediante una orden a la presidenta ejecutiva de JAPDEVA, Ann Mckinley, quien a su vez realizo el trámite ante el Ministerio de Trabajo.
La representante del gobierno argumenta, muy hipócritamente, diciendo que JAPDEVA debe ser más competitiva y que los costos la convención son excesivos. Sin embargo omite el hecho de que es el mismo contrato de concesión, el que le impedirá a JAPDEVA competir en la parte más importante y moderna del negocio.
Finalmente, por solicitud del gobierno, el Juzgado de Trabajo de Limón ilegalizó la huelga, concretando aún más la amenaza de despidos contra los trabajadores.
APM: La mejor muestra del carácter continuista de Solís
Este conflicto es una de los mejores ejemplos de cómo el gobierno de Luis Guillermo Solís se emplea a fondo en defender en sacar adelante las tres prioridades de todos los gobiernos empresariales, y neoliberales, en las últimas décadas.
La continuación de la entrega de las principales instituciones y recursos naturales al capital imperialista y sus aliados nacionales, vía concesiones y apertura de monopolios. La sujeción del país a sus necesidades y planes económicos y la ofensiva final contra las conquistas laborales del sector público.
Hoy Solís quiere avanzar con las tres en Limón. Busca quebrar el monopolio constitucional de los puertos y entregarlos en concesión. Para que así, el capital transnacional y sus socios nacionales obtengan todo el complejo de inversiones (política Limón Ciudad Puerto) en infraestructura que les permita profundizar su expoliación del país sin sindicatos y sin impuestos que molesten. Todo esto luego de haber quebrado las conquistas laborales de los trabajadores de JAPDEVA, así como sus mismos empleos.
Cuando el río suena…
El conjunto de los empresarios, partidos políticos y grandes medios de comunicación hoy han cierran filas detrás del gobierno e inclusive lo han felicitado.
Y no es para menos, en estos dos últimos meses Luis Guillermo Solís viene impulsando los ataques legados por Liberación Nacional, con una eficiencia inédita al menos para los gobiernos que vinieron después del Combo.
Además de la ofensiva y la represión al servicio de APM en JAPDEVA, la mayor en la última década, el gobierno también le ha declarado la guerra a 22 convenciones colectivas y buscará como recortar sus conquistas salariales y ajustarlas a su política de empleo público. Todo esto sin siquiera esperar el visto bueno de las dirigencia sindical de “Patria Justa” (ANEP, RERUM, FITT ICE) y del Bloque Unitario (ANDE, UNDECA, APSE) con quien hasta hace poco estaba dialogando la misma política.
Con esta política el gobierno amplía su ofensiva contra todos los trabajadores públicos. Conquistas de los trabajadores públicos como el mes de vacaciones, la alimentación, la dedicación exclusiva, que hoy buscan ser quebradas en JAPDEVA por el gobierno, también serán blanco de la ofensiva de este gobierno. RECOPE, las universidades públicas, el MEP, el INS, los bancos, son solo algunas de las instituciones que siguen en la su lista luego de JAPDEVA.
La rápida declaratoria de ilegalidad de la huelga, bajo la premisa de que la carga y descarga de mercancías son un “servicio esencial”, también deja muy en claro que la posición del gobierno en torno a las huelgas en el sector público y a la Reforma Procesal Laboral será la misma que la del PLN y el empresariado. Es decir su total prohibición.
Una ofensiva similar es la que el gobierno ha llevado a otras instituciones como RECOPE en donde se cortaron de tajo las anualidades de 1300 empleados técnicos y operativos, en el MOPT en donde se anuncian despidos y el desmonte final del mismo, así como el de la CNFL, cuyos empleados perderán sus conquistas salariales y empleos en muchos casos.
Estas tres instituciones tienen todo en común con JAPDEVA. Las tres han sido semi privatizadas o vaciadas de inversión por décadas, utilizadas como caja chica del estado frente al hueco fiscal generado por el neoliberalismo. Las tres tienen un funcionamiento deficiente en consecuencia y hoy buscan ser privatizadas o desmontadas para dar paso al capital privado. Serán sus trabajadores los que pagarán los platos rotos, los pagarán con sus empleos y condiciones laborales.
A esto hay que sumarle el impulso del gobierno a importantes proyectos heredados por Arias y Chinchilla, como el IVA, la concesión de la refinería y de la ruta 32 a los chinos, la entrada a la Alianza del Pacífico, las Zonas Económicas Especiales, todos proyectos en la misma dirección que la concesión a APM: aumentar la potencia de nuestro país como plataforma de exportación de las transnacionales y terminar de convertirlo en una colonia eliminando todo rastro de control nacional sobre sus recursos y su infraestructura.
Una batalla que podría marcar el resultado de la guerra
En unos cuantos meses ya el gobierno ha demostrado que utilizará la confianza que el pueblo depositó en él durante las eleccio
nes, y sobre todo las expectativas de muchos de ver un cambio, como un capital que le permita sacar adelante la agenda neoliberal que ya el PLN no podía impulsar.
Tal y como lo describimos arriba, el gobierno prácticamente ha declarado una guerra de múltiples frentes que tiene como objetivo entregar al país al capital extranjero y degradar las condiciones laborales del sector público.
Una victoria del gobierno hoy, con todo y la salida de los sindicatos de sus mesas de negociación, parece estar siendo la señal que este necesita para acelerar el ritmo de los ataques que tiene en su agenda. Cabe reiterar, que ha sido en el marco de esta huelga, en donde el gobierno ha anunciado finalmente su ofensiva contra las convenciones colectivas tanto del gobierno central como de las instituciones autónomas.
El resultado de esta batalla será decisivo para todos los trabajadores públicos. Si las dirigencias sindicales, desde la ANEP hasta la APSE, siguen insistiendo en las “mesas de diálogo” luego de esto, o si limitan su apoyo a la huelga a comunicados y a hacer acto de presencia y no paran en solidaridad, entonces quedará aún más claro que su elección ha sido entregar a los trabajadores al gobierno y esperar su turno en la lista negra.
El Frente Amplio actúa como agente del gobierno
La lucha de la dirigencia de este partido y de sus diputados contra la privatización, salvo la honrosa excepción de la diputada Ligia Fallas, se ha limitado a los discursos. Hasta donde se sabe hoy el Frente Amplio sigue siendo el principal aliado del gobierno, el que le presta sus votos en la asamblea legislativa para poder gobernar.
Hasta hoy tampoco ha respondido en ninguna medida, el llamado público que les hicimos desde el inicio para romper sus acuerdos vigentes con el gobierno para apoyar la huelga. Ni el ataque a las convenciones colectivas ni la amenaza de despido de los trabajadores les han hecho cambiar de posición, siguen privilegiando su alianza con Luis Guillermo Solís y su imagen electoral por encima de la defensa de la soberanía nacional y de las luchas de los trabajadores.
Más nefasta aún ha sido su política de impulsar que SINTRAJAP acepte una propuesta que es, en los hechos, la misma del gobierno y deponga la huelga. Con esto ha pasado de ser un aliado de un gobierno neoliberal y represor, a ser un agente suyo, uno que utiliza el prestigio que tiene entre los trabajadores de JAPDEVA, para lograr la rendición de los mismos al gobierno a cambio de nada.
Sabemos que hay muchos trabajadores de JAPDEVA, y activistas valiosos que simpatizan con el Frente Amplio y que desde luego están por la defensa de los muelles y la victoria de SINTRAJAP. Queremos alertar que la dirigencia de este partido hoy está traicionando a los trabajadores de JAPDEVA pues el objetivo de su accionar no es la victoria de la huelga sino la aceptación de la política del gobierno, es decir, la derrota de la huelga.
En este sentido, celebramos la decisión de la Junta Directiva del sindicato que rechazó la propuesta a pesar de provenir de dicho partido.
Nuestra propuesta
Desde el comienzo de la huelga el PT ha intervenido en la huelga con el objetivo de construir una solidaridad real del movimiento sindical y estudiantil. Hemos hecho reiterados llamados a las dirigencias de los sindicatos y también del Frente Amplio a romper con las mesas del gobierno y realizar medidas de solidaridad real.
Hasta ahora solo la manifestación con bloqueos del SINDEU y el movimiento estudiantil de la UCR, así como la marcha de SINTRAJAP con participación de otros sindicatos en Limón del lunes pasado han dado muestras de esto.
Por tanto reiteramos nuestro llamado a todo el movimiento sindical y estudiantil, y en particular a sus dirigencias para que convoquen a una jornada de paro en solidaridad con SINTRAJAP y en defensa de las conquistas laborales de todos los trabajadores. Es urgente convocar a un frente de organizaciones sindicales y sociales que logre reunir a todo aquel que reconozca la necesidad de resistir la ofensiva del gobierno mediante la movilización.
Alertamos también sobre el peligro de confiar en mediadores, sean del Frente Amplio o de la defensoría de los habitantes, que se pongan al servicio del gobierno para desmontar la huelga sin ningún logro para los trabajadores.
Nuestro apoyo a la lucha de SINTRAJAP es incondicional, sin embargo humildemente queremos insistir en la necesidad de que el sindicato se oponga a toda la concesión a APM de conjunto y no solo en contra de la cláusula 9.1 . Consideramos que una victoria sobra esta solo le comprará un poco más de tiempo a JAPDEVA pero no mantendrá los empleos de sus trabajadores por siempre, así como tampoco evitará los daños ambientales, ni tampoco que la APMT se termine quedando con el monopolio de los puertos.