El pasado 21 de febrero del 2019 la Comisión de la Verdad, Justicia y Paz de Nicaragua anunció con bombos y platillos una negociación que sostuvo el presidente Ortega y la vicepresidenta Murillo con representantes del sector privado, el acompañamiento y mediación del Cardenal Leopoldo Brenes y el Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag.
Luego el 27 de febrero se da el primer encuentro de los miembros de la Alianza Cívica y la delegación de la dictadura de Daniel Ortega donde se desconocen los temas abordados y según el nuncio Waldemart Stanislaw se aprobaron nueve de doce puntos agendados con los cuales se pretende definir el rumbo del país. Y las negociaciones secretas continúan, pues ni el régimen, ni la oposición, ni los testigos católicos se refieren a los temas abordados en medio de la demanda de libertad para los aproximadamente 767 presos políticos que todavía están secuestrados por el régimen, así como los reclamos de justicia por los más de 500 asesinatos ejecutados y el cese de la represión y persecución en contra de estudiantes, campesinos y periodistas.
Este nuevo diálogo es una traición a todo el proceso insurreccional iniciado en abril del año pasado, a todos esos presos y víctimas mortales de la represión, pues solo pretende oxigenar los intereses del régimen orteguista.
Repudiamos rotundamente las falsas intensiones de negociar de Daniel Ortega y sus aliados e instamos al pueblo nicaragüense a no confiar en esas mesas de diálogo fraudulentas, pues lo único que llevará a buen puerto la lucha es seguir el camino del ejemplar levantamiento revolucionario iniciado el año pasado. Es una tarea urgente del pueblo nicaragüense hacer caer el régimen Ortega – Murillo y desde cada barrio, universidad, fábrica y finca, discutir democráticamente los pasos de la lucha.