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Ante las declaraciones de la Iglesia Católica: ¿“Rehabilitar la política” en beneficio de quién?

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El pasado martes 15 de octubre la Iglesia Católica de Costa Rica, presentó el documento “Rehabilitar la política”; un folleto de 14 páginas que al decir del Monseñor José Francisco Ulloa, trata de “de darle criterios al elector en este abanico de posibilidades que se nos presentan en esta campaña política”. Esta reciente participación de la Iglesia en el debate electoral, viene a respaldar un proceso marcado por la crisis de los partidos políticos, expresada en la creciente apatía y desencanto.

 

El llamado de la iglesia: darle una salida electoral al conflicto social

Hoy, el país se encuentra bajo una serie de ataques las condiciones de vida de los trabajadores: bajo la política de “austeridad”, el gobierno ataca los derechos laborales de los trabajadores del estado, se aplican tarifazos en los servicios públicos, se recorta la inversión en salud, educación y obra pública, se concesionan de manera escandalosa las principales obras de infraestructura para lucro de empresas privadas. Esto ha generado un clima de movilizaciones por todo el país, donde comunidades enteras, sindicatos y diversos sectores populares salen a la calle a luchar.

La iglesia irrumpe en el debate electoral para hacer un llamado a crear una “cultura del encuentro” y “conciliación” de los conflictos sociales generados por la crisis económica. Este llamado a la conciliación, se da en el marco del desgaste de los partidos políticos, la crisis de representación, el descontento, apatía y desconfianza hacia las elecciones. Por lo tanto propone encausar todas las luchas que hoy vienen dando los sectores populares y de trabajadores, hacia las urnas del 2014.

 

Es importante señalar, que la Iglesia Católica en este posicionamiento defiende que la crisis política del país se debe a un “relativismo ético”; es decir, en apartarse de “la verdad universal” que a su entender, no es más que las posiciones conservadoras que dicta la Conferencia Episcopal. Por eso llama al electorado a decidirse por el candidato que tenga mayor acuerdo “con los principios cristianos” y expone una serie de temas que consideran deben ser referencia en los programas de gobierno. Entre ellos se puede mencionar el apartado “Respetar y acoger la vida en todas sus etapas”, que no es más que la prohibición del derecho de las mujeres a tomar la decisión de abortar. O bien, el apartado “Tutela y promoción de la familia”, donde se ataca claramente el derecho al matrimonio de las parejas del mismo sexo.

En resumen, con este posicionamiento, la Conferencia Episcopal intenta apaciguar el descontento generalizado contra las políticas de recortes, encausándolo hacia el debate electoral; en un intento de cerrar la crisis de los partidos políticos. Y de paso llama a fortalecer su condición de “ente rector” en materia ética, sosteniendo los privilegios que le brinda el Estado Confesional.

La iglesia católica en la política: una historia de defensa de sus privilegios

Costa Rica es el único Estado Confesional en América Latina, y esto se traduce en la obligación constitucional de brindar una serie de privilegios y exenciones a la Iglesia Católica. Incluso debe girar parte de su presupuesto gubernamental hacia las arcas de esa institución.

Al financiamiento directo vía presupuesto nacional, le debemos sumar: 1) Los subsidios a los colegios católicos, 2) el dinero que les giran instituciones del estado para que administren proyectos de ayuda social, 3) el dinero que invierte el Ministerio de Cultura en la restauración de templos, y 4) la exención del pago de vienen inmuebles.

Ante estos privilegios, no es de extrañar que altos representantes de la Iglesia católica intenten influir en las decisiones políticas del país, siempre y cuando logren salvaguardar sus intereses económicos. Y de la misma forma, los gobiernos han “echado mano” a las posiciones de la iglesia para respaldar sus políticas y apaciguar el conflicto social.

Por ejemplo, a inicios del 2012 la Conferencia Episcopal dio su apoyo abierto a la aprobación del polémico plan fiscal. Este impopular proyecto, impulsado por el gobierno, se mantuvo empantanado por conflictos entre sectores de la burguesía; pero en él “casualmente” no se hacía ni una sola mención a los bienes de la iglesia.

Ante la crisis de legitimidad de los partidos y las elecciones: ¡Exigimos democratizar el proceso electoral!

Con esta posición la iglesia piensa influir en la decisión de la población para sostener el sistema electoral y su vez, abogar a favor de los candidatos que les son más cercanos. No solo han distribuido 20.000 ejemplares del texto “Rehabilitar la política”, sino que planean realizar una verdadera cruzada de foros y utilizar los púlpitos para referirse a sus planteamientos electorales.

Desde el Partido de los Trabajadores creemos que el clima de conflicto social que existe en el país, es el resultado de las políticas de austeridad impulsadas por el gobierno y los empresarios. Estas políticas son las mismas que se vienen implementando desde la década de los 80’s, y que se han venido profundizando con la aprobación del TLC con Estados Unidos. El descontento se ha venido acumulando, y hoy el peso de la crisis económica sobre los hombros de los trabajadores se vuelve insoportable. Reivindicamos la movilización de las comunidades y de los sindicatos como un método legítimo para luchar por sus derechos.

Defendemos, que para que exista un debate real sobre las necesidades del pueblo trabajador, se debe garantizar la participación directa de los trabajadores y de sus organizaciones sindicales y populares. Para esto, se debe democratizar las rígidas normas del proceso electoral. Actualmente, el espacio electoral está diseñado para brindarle ventaja únicamente a los mismos partidos, a los mismos sectores empresariales que son los que han sumido al país en esta crisis económica. Exigimos un Estado Laico, donde no se usen los fondos del Estado para financiar a ninguna Iglesia; y donde la Conferencia Episcopal no tenga injerencia en las decisiones políticas.

Para defendernos de los ataques del gobierno y los empresarios: ¡Construyamos un partido para nuestras luchas y movilizaciones!

Al margen del proceso electoral, para defendernos de los ataques de los empresarios y el gobierno, los trabajadores debemos construir un partido propio; que sea una herramienta política al servicio de nuestras luchas. Por eso hemos emprendido la construcción del Partido de los Trabajadores, e invitamos a todos los sectores de la clase a que se sume a este proyecto. A construir un partido que acompañe e impulse las movilizaciones, las luchas en defensa de la salud, de la educación y en contra de la corrupción.

Un partido que apoya la creación de organizaciones sindicales en el sector privado, para defender por nuestros derechos laborales, nuestro salario y así luchar contra del incremento en el costo de vida. Un partido socialista, que lucha por abolir la explotación de los trabajadores y transformar al país según las necesidades de las grandes mayorías.

Partido de los Trabajadores, Costa Rica.
16 de octubre de 2013

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