El 2 de Febrero pasado el creciente descontento popular se expresó en las elecciones y se anotó una importante victoria al acabar con décadas invictas de bipartidismo. Los resultados, por todos conocidos le dieron un 31% a Solís, un 29,6% a Araya y ubicaron a un partido considerado en general como de extrema izquierda, el Frente Amplio, de tercero con un 17%.
Hoy es claro que un importante sector del pueblo costarricense, ante la debacle de Liberación, abriga esperanzas de que la miseria y corrupción generadas por el neoliberalismo logren ser revertidas por el muy posible ascenso del PAC al gobierno combinada con la presión de la bancada del Frente Amplio.
Sin embargo para nosotros es fundamental advertir que de la mano del PAC como gobierno no habrá ningún cambio significativo para los trabajadores, sino todo lo contrario, continuidad neoliberal.
La segunda ronda entre el PAC y el PLN, es una segunda ronda entre los dos principales partidos representantes del empresariado en los últimos 10 anos. Entre dos partidos que a pesar de sus dimes y diretes, han sostenido un acuerdo estratégico de mantener al país bajo el esquema neoliberal impuesto por el antiguo bipartidismo. De mantenerlo en la senda de los TLCs, de las concesiones de obra pública y las aperturas privatizadoras como las de las telecomunicaciones y los puertos, de las altísimas exoneraciones fiscales que vienen forzando al país a endeudarse hasta quebrar, de la tolerancia a los salarios de hambre y la violación sistemática de los derechos laborales y de la libertad sindical en el sector privado y los altísimos incrementos tarifarios en los servicios públicos.
El PAC fue también una de las direcciones políticas más importantes de la oposición al gobierno y mientras mantuvo ese rol se encargó colaborar con el mismo para conducir al movimiento social a la concertación y la entrega sin lucha de los más duros conflictos.
Hoy además sostiene un acuerdo con un importante sector burgués proveniente de la Unidad Social Cristiana, encarnado en su vice, Ana Helena Chacón. Su programa también es otra garantía de continuidad neoliberal con algunos retoques cosméticos. En este ámbito destacan el respeto a los TLCs y la disposición a continuar la integración a la Alianza del Pacifico, la continuidad de la concesión de obra pública y de la obra ya privatizada, así como los elementos centrales de la reforma fiscal pactada entre Chinchilla y Ottón en el 2011: el IVA y recortes en las plazas y pluses salariales.
Para nosotros lo que está planteado en el panorama, gane quien gane, es un pacto ya avisado entre ambos partidos para resolver el déficit fiscal mediante la suba del IVA y el recorte a las plazas y salarios en el sector público. Es decir, que el PAC una vez más estaría siendo cualitativo en garantizar las tareas más urgentes de la burguesía que el PLN por sí solo ha fracasado en garantizar.
Es importante destacar que el mismo Frente Amplio, en quien hoy están situadas centralmente las esperanzas de cambio para el país, tampoco ha sido categórico en el rechazo a este pacto. En primer lugar porque su propuesta fiscal también recoge la propuesta del IVA aunque con excepciones en la canasta básica; segundo porque ha mantenido una postura vacilante en la defensa de los trabajadores públicos ante la ofensiva quiere trasladarles los costos de la crisis, tal y como lo demostró su vacilante defensa del tema de la eliminación en los topes de cesantía.
Finalmente porque el mismo Jose Maria Villalta ha insistido hasta el cansancio en que el accionar y las decisiones de su bancada legislativa se caracterizarían por estar sujetas el diálogo y consenso con todos los sectores.
Así las cosas, desde el PT nos preguntamos, si llegada la hora, Patricia Mora y compañía participaran de esta vergonzosa concertación intentando reformar proyectos diseñados para trasladarle la crisis al pueblo, prestando así su prestigio para embellecerlos ante los ojos del pueblo; o pondrán todo lo que tienen al servicio de la movilización para derrotar este paquetazo de impuestos y ataques a los trabajadores públicos.
La política y el llamado al voto de las organizaciones de izquierda en esta segunda ronda será el mejor indicador para detectar por donde se moverán en relación a lo descrito anteriormente.
Por eso desde el PT somos categóricos en lanzar un llamado a todo el pueblo costarricense a expresar su insatisfacción y protesta negándose a ir a votar el próximo 6 de Abril y a preparar junto desde sus barrios y centros de trabajo todas las luchas que de seguro que ya están planteadas para hoy, quede quien quede en el poder.
Así mismo extendemos un llamado a todas las organizaciones sindicales y de izquierda, incluida el Frente Amplio, a que clarifiquen su rechazo a estas dos variantes neoliberales y antipopulares en esta segunda ronda electoral en curso.