En 15 años de existencia, el Partido de los Trabajadores no sólo ha recorrido un largo camino, sino que ha experimentado una serie de cambios.
En entregas pasadas hablamos de cómo el Partido inició sus luchas en el movimiento estudiantil. Pero para poder llegar a ser el Partido de los Trabajadores que somos hoy, debimos romper con la burbuja universitaria y comenzar trabajo en sectores proletarios.
Para el Partido eso significó salir de las aulas para ingresar al sindicalismo del sector público. Donde hemos sido de los principales abanderados de la lucha anti burocrática en los sindicatos estatales.
2011: Nuestra lucha contra la burocracia de Albino Vargas en ANEP
Nuestra historia en el sector público no comienza con pequeñas batallas. Nuestro ingreso se dio en medio de una dura batalla contra el régimen burocrático de Albino Vargas, construyendo la primera oposición en más de dos décadas.
En 2011 comenzamos a ser oposición dentro de ANEP, impulsando la denuncia por el fracaso del “Proyecto Tití” (la construcción de un condominio vacacional para los afiliados) que por entonces ya les había costado a los afiliados más de 200 millones de colones y que nunca se concretó. Laura Morúa y Jessica Barquero, ambas militantes del PT (en ese entonces MAS), impulsaron la creación de una comisión para investigar y denunciar la corrupción interna en el sindicato. Gracias a este esfuerzo se pudo organizar la tendencia RESCATE, encabezada por nuestras militantes. Además, se basó en los sectores más obreros del sindicato, como los trabajadores de recolección y cuadrillas de la Municipalidad de San José.
Rescate enfrentó a la burocracia en elecciones en el 2011 y 2013. A pesar de no ganar las elecciones, tuvimos importantes victorias. En el terreno de la construcción del partido, fue una oportunidad para que jóvenes activistas estudiantiles se comenzaran a ligar al movimiento de los trabajadores, sentando las bases que luego llevarían a la profundizar la relación del Partido con la clase. Por otro, se demostró que era posible enfrentar a la burocracia y que en ningún lugar estaba escrito que no se podía vencer. Se terminó las elecciones con la convicción de que no había que bajar los brazos.
Ante la exigencia de democracia la burocracia endureció su manejo autoritario con una reforma a los estatutos. Imposibilitó la inscripción de oposiciones y persiguió a los opositores dentro del sindicato. Llegó al punto de permitirle a Albino la destitución a dedo de cualquier seccional y prohibir la organización de afiliados en tendencias o grupos de oposición en periodos no electorales.
La compañera Laura incluso llegó a ser demandada por 20 millones de colones por Albino. Se le acusó de difamación, por las denuncias que ella lideró contra la dirigencia. Laura quien ganó la demanda, dando un importante golpe en favor de la democracia. La meta de Albino fue eliminar toda oposición y eventualmente terminó ilegalizando a Rescate, por medio de maniobras, calumnias y asambleas amañadas.
Aun así, la labor de oposición en el sindicato ha continuado. Luchando por fundar seccionales combativas, en esos sectores abandonados por la burocracia y atacados por el gobierno, como lo son las municipalidades y las mujeres trabajadoras. Estas luchas han llevado a importantes victorias, como un aumento salarial y el establecimiento de una sala de lactancia en la Municipalidad de Alajuelita. Gracias a la lucha que dieron las trabajadoras de la municipalidad, quienes interpusieron un recurso de amparo y ganaron, ahora siguen luchando porque esta sala tenga las condiciones idóneas.
2014: Contra la burocracia de Honestidad en APSE
La llegada al poder del PAC, trajo una falsa ilusión de que se tenía un gobierno aliado de los trabajadores. Para muchos sectores, y con especial fuerza en el público, se vio la ruptura del bipartidismo como una gran victoria. Desde un principio el PT estuvo alertando que esto no representaba ningún cambio, sino que venía a intensificar los planes que el PLN y el PUSC no pudieron.
Rápidamente se mostró que las cosas no eran como las pintaban y que teníamos razón. El gobierno de Luis Guillermo Solís (LGS) heredó una huelga del mandato de Laura Chinchilla. Esta huelga de docentes, que duró meses, denunciaba atrasos en los pagos de hasta dos meses.
Esta huelga comenzó y fue impulsada por iniciativas aisladas de varias regionales de APSE. Esto contra la voluntad de la burocracia de Honestidad que dirige el sindicato, que intentó frenar la huelga. Al final fueron las bases quienes impusieron la huelga y llenaron el movimiento de combatividad. El partido intervino activamente en la huelga, que exigía el pronto pago de salarios y denunciaba al sistema Integra 2, que demostraba ser ineficiente.
A partir de esto, el gobierno lanzó su política de concertación, que pretendía detener el ascenso de las bases llamando a mesas de diálogo. Mientras la burocracia de APSE a cargo de Ana Doris González le seguía la corriente al gobierno para negociar y deponer la huelga, nosotros no dejamos de llamar a desconfiar del gobierno y a romper con las mesas de concertación, la victoria estaba en las calles. La política de concertación de LGS y la política de las burocracias de seguirle el juego, llevó a que las movilizaciones durante su mandato fueran reducidas, mostrando como las burocracias son aliadas del Gobierno.
La historia del partido en ASPE ha sido la lucha contra la burocracia, planteando la necesidad de los métodos democráticos para tomar decisiones en las bases y radicalizar los métodos de lucha. Nuestros militantes impulsan la tendencia ¡A Luchar! encabezada por camaradas como Jhon Vega, Greivis González, Pabel Bolívar, militantes del partido y dirigentes de oposición. A diferencia de otros grupos que dicen ser anti burocráticos, hemos mantenido nuestra independencia de la burocracia, participando del movimiento con una política propia, opuesta al gobierno y denunciando los privilegios de los dirigentes y la falta de democracia dentro del sindicato. Participamos de las elecciones y asambleas de forma independiente, levantando la voz contra la burocracia y con la idea de convertir al sindicato en una herramienta de lucha.
Combate a las dirigencias burocráticas en el MOPT
Rebeca Chaves, militante del PT, durante años ha desarrollado un trabajo de oposición en el sindicato UNATROPYT del MOP. Ha participado de la Secretaría de la Juventud y del Comité de Ética. Mantiene una lucha por recuperar al Sindicato, siendo crítica de la falta de combatividad y de la responsabilidad que tiene la dirigencia al permitir que cada vez más trabajadores y trabajadoras se desafilien de la organización. Denunciando además la inacción de la burocracia contra proyectos de Ley que afectan a los trabajadores del MOPT.
Por otro lado, ha criticado el machismo a lo interno del sindicato. Esto le valió ataques en su contra, la burocracia utilizó las declaraciones de Rebeca para acusarla de dividir el sindicato. Desde el partido criticamos este accionar de la dirigencia y respaldamos a la compañera. El combate al machismo en las organizaciones sindicales no debe ser visto como una intención de dividir sino de rescatar estas organizaciones de la degeneración machista.
Otras experiencias
El partido ha apoyado las luchas que llevaron sindicatos como SINTRAJAP, contra la privatización de los muelles en Limón y la entrada de APM Terminals en sus diferentes jornadas durante 2010, 2011 y 2012.
Participamos del movimiento de defensa de la CCSS, apoyando los llamados realizados desde UNDECA y otros sindicatos de trabajadores de la salud. Participando de movilizaciones como la del 8 de noviembre de 2012 que fue reprimida varias veces a manos de la Fuerza Pública. O las huelgas de los hospitales durante la coyuntura del combo fiscal.
2018 y el Combo fiscal
En 2018 la historia se repitió. Durante las elecciones, en medio de una gran polarización, se creó una falsa ilusión. Muchos sectores apoyaron a Carlos Alvarado, pensando que, entre el PAC y el PRN, el PAC era el progreso y el PRN era el oscurantismo. La clase media y el sector público fueron sustento de esta idea. Nosotros rompimos con esta falsa división, diciendo que ambos “Alvarados” eran enemigos de la clase trabajadora, representantes de la burguesía y levantando un llamado al voto nulo.
La realidad volvió a confirmar nuestra caracterización. Carlos Alvarado, los diputados del PAC y de PRN en unidad, arremetieron severamente contra los derechos de la clase trabajadora. Se desarrolló un ataque ideológico contra los trabajadores del sector público, haciéndolos ver como los culpables de la crisis. También se desarrolló un ataque material, buscando recortar sus derechos y garantías.
En ese sentido se propusieron una serie de proyectos de Ley, que aumentaban impuestos, que quitaban el presupuesto de las instituciones, limitaban las huelgas y los sindicatos; y pretendían recortar los salarios y pluses de los trabajadores públicos.
Una vez más fue la combatividad y la presión de las bases la que impuso la huelga, las movilizaciones contra el combo Fiscal se extendieron por más de 3 meses.
Se vio como había dos estrategias enfrentadas: los métodos radicales para presionar al gobierno y la política de la burocracia de usar métodos más suaves que no hacían suficiente presión. Por un lado, las regiones más combativas del país marcaban el camino a seguir, realizando bloqueos, enfrentando la represión policial y no dejando de emplazar al gobierno. En los bloqueos se unían sindicatos del ICE, de RECOPE, del Magisterio y los más diversos sectores. Desde el PT nos hicimos presentes en los distintos puntos de la lucha, participando desde San José, Limón y Puntarenas de las movilizaciones. Levantando nuestro llamado de radicalizar la lucha, haciendo asambleas democráticas y bloqueos hasta que cayera el combo fiscal, siguiendo el ejemplo de puntos como Barranca y criticando los desfiles que realizaba la burocracia en San José.
Esta fue una huelga duramente reprimida, el gobierno no dudó en utilizar anti-motines, lanzar gases y arrestar gente. El obrero de RECOPE Carlos Andrés Pérez pasó meses en prisión acusado injustamente de terrorismo. En distintos lugares del país la represión terminó con activistas detenidos, tal fue el caso de nuestros militantes Greivis Gonzáles, dirigente de oposición en APSE y Jouseth Chaves, dirigente de SITRASEP; ambos detenidos en Puntarenas.
Por otro lado, la burocracia buscaba calmar al movimiento para agradar al gobierno. Llamaba a no realizar bloqueos, sino marchas lentas u otros métodos estériles que no hacían presión alguna sobre el gobierno o el empresariado. Dicha situación generó gran desgaste en el movimiento y llevó a la derrota. Al final, la huelga duró tres meses, pero pensamos que pudo ser ganada y en menos tiempo.
El Partido fue insistente en denunciar no sólo al gobierno, diputados y todas las implicaciones que traían estos proyectos de ley para la clase trabajadora, sino que también denunciamos al principal freno que tenían los trabajadores para poder derrotar el combo fiscal: toda la burocracia sindical.
Finalmente, lo que se veía venir, ocurrió. El combo fiscal pasó, sin mayor respuesta de las burocracias. Esta actitud complaciente, propició el terreno para la contra reforma. La derrota en las calles, se llevó al campo político con la Ley anti-huelgas, que viene a limitar las posibilidades de todo el sector público para luchar. Ya el sector privado vive en una dictadura anti-sindical, la voluntad del empresariado es extender su dictadura a todos los trabajadores del país.
Conclusiones importantes
Debemos rescatar dos elementos centrales del balance de nuestra participación en el sector público. El primero: la política correcta de caracterizar al PAC como un enemigo de todos los trabajadores del país, incluidos los trabajadores del Estado. Desde un principio nos dedicamos a discutir pacientemente, que no había diferencia entre el PAC y los gobiernos del PLUSC: ambos iban a atacar y los trabajadores estatales iban a estar en la mira de estos ataques. El segundo: las burocracias sindicales son enemigas de los trabajadores. En todo momento de lucha, han comprobado como terminan poniéndose del lado del gobierno y hecho lo posible por retener al movimiento.
Durante toda la gestión del PAC, no han cesado los ataques. Además, las dirigencias sindicales han intentado frenar las bases siempre que sea posible. Las grandes huelgas que se han visto en los últimos 6 años, se han dado por una presión aplastante de las bases, que impusieron las huelgas. Pero han sido derrotadas por acuerdos que establecen las dirigencias con el gobierno.
Esto es importante para entender que el papel de la burocracia no es organizar la lucha, sino derrotarla. Esto lo hacen en colaboración con el reformismo del Frente Amplio. De hecho, muchos de los dirigentes sindicales, burócratas de grandes sindicatos, como Albino Vargas, Beatriz Ferreto, Fabio Cháves; son afiliados al FA. El papel del FA es detener las luchas para encaminarlas a la Asamblea Legislativa o al cogobierno que forman con el PAC. Las burocracias sindicales son correa de trasmisión de esta política a lo interno del movimiento sindical. Esto se vio sin ninguna máscara en el acuerdo que firmó SINTRAJAP con el gobierno de LGS, acompañados del FA. Un acuerdo que depuso la huelga que enfrentaba la entrada de APM Terminals.
Lo que tienen en común las experiencias de oposición es la existencia de un Partido, que educa a su militancia en un programa opuesto a la burocracia y cuyos militantes defendemos que sean los trabajadores mediante la democracia obrera los que decidan todo y que sea la movilización la principal herramienta de lucha. La posibilidad de rebasar a esas direcciones traidoras depende de fortalecer al partido, militando en las organizaciones sindicales desde un proyecto revolucionario que no claudica ante la burocracia ni se corrompe por privilegios o favorecimientos.
Creemos firmemente que una de las principales tareas de la clase trabajadora en el país es derrotar a las burocracias sindicales. Para que madure la situación, para una revolución en el país, los sindicatos tienen que ser organismos de enfrentamiento contra el gobierno y las patronales.
Por eso desde el Partido de los Trabajadores continuaremos luchando por impulsar tendencias democráticas en los sindicatos estatales. Lucharemos contra los ataques que el sector público aún enfrenta; desde el congelamiento de salarios en el sector público hasta la aplicación paulatina de la Ley de Empleo Público; en defensa de los trabajadores que reciben menos derechos por ser nombrados bajo nuevos códigos donde uno de los grandes culpables de esto es la actitud complaciente, poco beligerante y débil de las dirigencias sindicales.
Seguiremos levantando la bandera de la democracia obrera, seguiremos levantando la bandera de la lucha. ¡Porque sólo el socialismo ganará la libertad del pueblo, la educación para todos, la salud para todos, la dignidad de salario y nivel de vida para todos! ¡Sólo el socialismo borrará la división de trabajadores del sector privado y el sector público! ¡No dejaremos de luchar!