15 de Setiembre: la verdadera independencia está pendiente

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Durante esta semana se celebró el aniversario de la independencia. Desfiles, reportajes en tele, discursos del presidente, todos recalcando el deber de estar agradecidos y orgullosos de los 193 años de vida independiente que cumplimos hoy.

A pesar de reivindicar nuestra separación del imperio español, como parte de un proceso más amplio y vinculado a una, no tan pacífica, campaña de liberación de los pueblos latinoamericanos de España, no compartimos el engañoso entusiasmo con que en estas fechas se afirma la “libertad y soberanía” de nuestro país.

Los hechos que acontecieron en 1821 mostraron que los procesos de cada uno de los países de Centroamérica son parte de una dinámica regional y que el camino para recuperar, preservar y fortalecer la independencia de la región es la unidad centroamericana.

Por décadas la región centroamericana y sus pueblos han sido oprimidos por el imperialismo norteamericano quien a través de medios legales y militares nos ha sometido económica y políticamente. Esto siempre con la colaboración de la burguesía y sus gobiernos que se han apoyado en el imperialismo para enriquecerse a costas del pueblo mientras le entregan sus recursos y soberanía.

Sus invasiones, interferencias políticas, militares y de los aparatos de inteligencia, apoyo a dictaduras y a grandes corporaciones que han sometido a la región durante toda su vida independiente son apenas la punta del iceberg.

Todas han contribuido a consolidar una multiplicidad de tentáculos mucho más permanentes con los que Estados Unidos y otras potencias sacan la mejor tajada de nuestros recursos llegando a agotarlos, consiguen billonarias ganancia explotando a nuestra gente casi sin pagar impuestos y contaminan nuestro ambiente. Todo esto al tiempo que secuestran toda posibilidad de que nuestra región sea política y económicamente independiente, ni que hablar desarrollada.

Los Tratados de Libre Comercio terminan de hacer imposible el proteger nuestra producción agrícola e industrial mediante impuestos a los productos extranjeros o incentivos. Inclusive someten decisiones que antes correspondían a nuestros tribunales de justicia a tribunales de organismos financieros internacionales en donde las grandes potencias tienen el poder. Le han servido la mesa a las transnacionales para que se terminen adueñando de todo.

Mediante las aperturas, concesiones y todo tipo de asociaciones público privadas, la obra pública y los recursos naturales de nuestros países se han convertido en jugosos negocios para capitales imperialistas europeos, norteamericanos y ahora chinos también.

Las zonas francas y sus herederas, las “Zonas Económicas Especiales”, le brindan privilegios de 0 impuestos a las empresas y en países como Honduras ya hasta se experimenta con concederles el poder de poner sus propias leyes.

La deuda externa e interna es otro mecanismo mediante el cual los organismos financieros internacionales determinan las políticas económicas y fiscales de nuestros países a su conveniencia. Actualmente casi todos nuestros países destinan entre una tercera parte y la mitad de sus presupuestos al pago de deudas que están hechas para ser de nunca acabar.

Nuestras costas reciben buques militares y nuestros territorios son patrullados por fuerzas especiales y marines norteamericanos con la excusa de la “guerra contra el narcotráfico”. En Guatemala y Honduras inclusive, bases militares “protegen” inversiones claves del imperialismo, reprimiendo a la población civil.

En general, tras 193 años, podemos decir que hoy potencias distintas a España, con la fiel asistencia de la burguesía nativa y su personal político, sacan mayores y más diversas riquezas de nuestros países que antes sin tener que hacerse responsables directamente por los desastres que ocasionan en los mismos.

Este gobierno continua con el sometimiento de la independencia

Desde el Partido de los Trabajadores creemos que la “independencia”, va más allá del derecho del país a elegir a sus gobernantes cada 4 años. Para nosotros se trata de que nuestros pueblos tengan libertad para regir sus economías, administrar sus recursos y fuerza de trabajo y ponerlos a producir para su propio beneficio y no para el de las grandes potencias. También de que podamos tomar nuestras propias decisiones sin enfrentar amenazas de organismos o tribunales internacionales o intervención militar desde dentro de nuestros territorios.

Hoy ninguna de estos dos elementos se cumple en nuestro país. Por lo que a pesar de que tengamos libertad para elegir al gobierno, estos no hacen más que administrar al país para las grandes potencias, en mucho debido a los tratados y compromisos que han asumido con las mismas y que los atan.

Los pagos a la concesionaria OAS que estafo al país, ante la anulación del contrato por la carretera a San Ramón son un buen ejemplo. También lo son los billones (30% del presupuesto estatal aproximadamente) que se destinan al pago de la deuda externa e interna anualmente y que han ido a parar a los bolsillos de grandes empresas en forma de exenciones de impuestos, de “asesorías” o corruptos negocios de concesión. La apropiación de casi todas las tierras cultivables de nuestro país en manos de agro negocios como el banano, la piña y la palma africana también lo son.

El gobierno de Solís ha demostrado mantenerse en la misma línea de sus predecesores. Así lo demostró con su primer acto de gobierno que fue reunirse con inversionistas en el país y en el extranjero para garantizar que sus privilegios se mantendrían intactos con su gobierno.

También lo demuestra su reciente cita con John Kelly, Jefe del Comando Sur de Estados Unidos que es la principal fuerza militar que actúa en la región bajo la mampara del combate al narcotráfico. En los últimos años se ha incrementado considerablemente la presencia de tropas militares en toda la región y la bienvenida del presidente a este personaje, así como los permisos de atraque a 43 buques artillados con militares con inmunidad representan una clara continuidad de este gobierno con la entrega de la soberanía sobre nuestros territorios.

Por último tenemos el proyecto de presupuesto planteado por el gobierno de Solís para discutir en la asamblea legislativa. En este nada menos que el 60% del crecimiento presupuestario se destina al pago de la deuda, versus salud, agro, educación y bienestar social que en conjunto no suman el restante 40%.

Un tercio del presupuesto total se estaría destinando a la deuda y lo que es peor aún, pagar todo este incremento en la deuda el gobierno busca contraer nuevos préstamos con el Banco Mundial y el BID para seguir pagando mientras posterga grandes necesidades del pueblo en educación y en salud.

Este 15 de Setiembre hacemos un llamado al pueblo y a todas sus organizaciones para que más allá de celebrar nuestra separación del imperio español reflexionen sobre la necesidad que tenemos de conquistar una segunda y verdadera independencia.

Si queremos soberanía alimentaria es necesario recuperar nuestras tierras y defender nuestra producción de las grandes potencias extranjeras gravando las importaciones. Si queremos regir nuestro desarrollo económico y administrar soberanamente nuestros recursos para orientarlos en torno a al beneficio de nuestro pueblo, entonces debemos romper con los TLCs y acabar con los privilegios fiscales de las grandes empresas. Si queremos recuperar la inversión en obra y servicios públicos debemos dejar de destinar todo nuestro presupuesto a pagar las interminables deudas con los bancos y organismos financieros internacionales y utilizar ese dinero para satisfacer las necesidades del pueblo y acercarlo a una verdadera
independencia.

Si queremos vivir libres de amenazas de intervención militar, para así poder decidir libremente entonces debemos revocar toda autorización que le permita a las fuerzas militares estadounidenses actuar con inmunidad en nuestro país.