Los hechos
El miércoles 5 de junio en medio de un espectáculo televisivo el gobierno de Rodrigo Chaves presentó ante la Asamblea Legislativa el expediente N.º 24 364, al que pomposamente llamó: “Ley Jaguar para impulsar el desarrollo de Costa Rica”.
En un documento del Bank of América, se hizo una mención de Costa Rica como una “economía jaguar” y desde entonces el gobierno ha usado la imagen del jaguar como lema de apoyo político a su gobierno. La idea de que Costa Rica es una “economía jaguar” es una payasada por donde se le vea, pero el gobierno ha decidido usar este mismo slogan en la ley para promover el referéndum.
¿Qué hizo el gobierno?
El gobierno de Chaves había amenazado desde mayo con enviar a referendum una serie de proyectos que no avanzaban en la Asamblea Legislativa: Jornadas 4×3, Venta del BCR, apertura del mercado eléctrico, etc.. Finalmente este 5 de junio el gobierno chavista “movió ficha” y envío el proyecto a la Asamblea Legislativa.
El gobierno en realidad realizó una maniobra a 2 puntas presentó el proyecto N.º 24 364, el cual para que pueda realizarse necesita 29 votos, en este momento el oficialismo solo tiene 8 votos. Es decir es un proyecto que tiene el objetivo de presionar al resto de partidos políticos acusándolos de “antipatriotas” y de “enemigos del pueblo y la democracia” sino aprueban el proyecto.
La segunda punta es que el gobierno, a través de Edgar Espinoza, ex periodista y esposo de Pilar Cisneros, la vocera del gobierno en el parlamento, presentó la solicitud en el Tribunal Supremo de Elecciones para que se les autoricé la recolección de firmas para poder realizar el referendo.
El gobierno apuesta a que el referendo salga por acuerdo parlamentario o por firmas de la población. Si sucede, es justo lo que el gobierno quería, sino sucede el gobierno puede seguir con su campaña que “el obstruccionismo” del parlamento y las “instituciones” es lo que no permite que el país se desarrolle.
¿Qué dice el proyecto de ley?
El expediente N.º 24 364, no contiene ninguno de los proyectos que el gobierno dijo que iba a someter a votación, no contiene ni la venta del BCR, ni las jornadas 4×3, ni la apertura del mercado eléctrico.
El proyecto contiene artículos para modificar el funcionamiento de la Contraloría, de la Ley de Gasto Público y de Japdeva. Según palabras del mismo gobierno el objetivo del proyecto es proponer: “que la Contraloría General de la República no pueda sustituir, abarcar, interferir, ordenar, interpretar, advertir, recordar, ni recomendar asuntos que corresponden exclusivamente a las competencias propias de la administración pública activa en toda su extensión, ni sustituir las competencias de administración pública activa en sus modalidades de función decisora, ejecutiva, resolutora, directiva u operativa, ni poder evaluar previamente la gestión administrativa de la administración pública activa. También se le prohíbe a la Contraloría poder suspender la ejecución de actos y contratos del Estado o sus instituciones. Además, modifica el artículo 5 bis de la Ley Orgánica de JAPDEVA (Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica), Ley N°3091 de 18 de febrero de 1963 y sus reformas, para indicar con puntualidad las actividades en las que JAPDEVA puede desarrollar Alianzas Estratégicas”.
Es decir el eje del proyecto es modificar las competencias de la Contraloría, de la ley de Presupuestos y de Japdeva. Muy alejado de lo que el gobierno dijo que iba a hacer.
¿Por que el gobierno hizo esta movida?
Obviamente surge la pregunta de porqué el gobierno haría un referéndum para modificar una institución menor del Estado.
Para quienes militamos en el Partido de la Clase Trabajadora es claro que la movida del gobierno solo se entiende en el marco de la crisis política interburguesa que hay en curso en el país.
Los partidos políticos de la burguesía están más desprestigiados que nunca, en ese marco la burguesía ha necesitado de improvisados partidos para poder sostener su poder político, primero el PAC y luego el PPSD partido con el cual Rodrigo Chaves llegó al poder, para luego alejarse de este partido.
El “chavismo” como fenómeno surge de la crisis del bipartidismo y del fracaso del progresismo neliberal del PAC, pero hasta nuestros días no tiene ninguna expresión política orgánica. Tiene el gobierno, tiene aún popularidad, pero “cuelga del aire” sin su propio partido, han intentado con el PPSD, con Aquí Costa Rica Manda, con Unidos Podemos y no logran estabilidad.
Para nuestro partido es claro que la propuesta del gobierno es una política que no tiene nada que ver con la democracia, ni con el desarrollo del país, es una apuesta salvaje del chavismo, por fortalecerse como proyecto burgués y como proyecto electoral y debilitar al bando La Nación S.A.-PLN-Frente Amplio.
El gobierno apuesta a usar el referendo y la recolección de firmas, como un mecanismo que le permita construir su propia estructura partidaria, antes de que empiece el proceso electoral del 2026, tanto el referendo, como la recolección de firmas le permitiría al gobierno construirse una estructura territorial, que hoy por hoy en el país solo tienen los sindicatos, las iglesias y el PLN. Esa es toda su apuesta.
Cómo hemos denunciado en otros artículos el referendo es un mecanismo bonapartista, nada democrático donde los empresarios, el imperialismo y las empresas de comunicación pueden movilizar impunemente recursos y fuerzas para lograr sus objetivos políticos. El referendo sería un momento preciso para que el chavismo movilizara, antes de tiempo a sus donantes, a sus medios de comunicación y a sus punteros, le permitiría dirigir recursos y pautas publicitarias, le permitiría movilizar los dineros del estado paralelo, tal como el PLN hizó en el año 2007 con el referendo contra el TLC.
El chavismo elige hacer un referendo contra la Contraloría, porque en realidad quiere hacer un referendo sobre el gobierno, un referendo que refuerce la popularidad de Chaves con un “baño de masas” y que refuerce las relaciones cara a cara del “caudillo con su pueblo”, para ello nada mejor que poner de rival a una institución desconocida, ignorada pero también odiosa, tecnocrática, y absolutamente colonizada por el viejo bipartidismo como la Contraloría.
Entonces si hay referendo el chavismo se queda con su propia estructura partidaria, si pierde el referendo, ya se quedó con su propio partido, si gana el referendo además de partido tiene la posibilidad de aumentar la asignación de negocios a sus amigotes de manera directa, cosa que ya viene haciendo.
¿Qué tenemos que hacer como clase trabajadora frente a esto?
Lo primero que debemos hacer como clase trabajadora es explicar pacientemente en nuestros centros de trabajos la trampa que significa el referendo. El referendo no es más que uno de los mecanismo de la democracia de los ricos, es mentira que tenga que ver con más participación o más decisión. Las reglas están escritas desde antes, los proyectos que le interesan a la clase obrera como el aumento general de salarios, la prohibición del despido, la reducción de la jornada de trabajo, la reforma agraria, el sistema universal de cuidados, la auditoría y no pago de la deuda externa nunca será sometidos a elección. La burguesía solo somete a elección lo que le interesa, en este momento al chavismo lo que le interesa es construir su propio partido.
Hoy en día hay dos fracciones burguesas en lucha el chavismo y la oposición (La Nación S.A.-PLN-FA), esta opisición también quiere confundir a la clase trabajadora con “cantos de sirena” han salido a defender el referendo como modelo de “democracia participativa”, a las instituciones y a la contraloría.
Este sector burgués llama a defender “la institucionalidad democrática” contra el chavismo. Pero esas instituciones son todas enemigas de la clase obrera: la Contraloría ha sido un ariete en contra de las convenciones colectivas de trabajo, es uno de los pilares del neoliberalismo en el país, el TSE fue el que garantizó las condiciones para que se aprobara el TLC, la Sala Cuarta ha sido puntal de la lucha contra los sindicatos y los derechos democráticos.
La clase obrera no se puede dejar dividir entre las dos facciones burguesas en pugna, pues ni el referendo tiene que ver nada con la democracia y el desarrollo, pero tampoco “las instituciones” del Estado Burgués tienen que ver nada con la democracia y el desarrollo.
Esto es lo primero que debemos hacer en todos los sindicatos, asociaciones y colectivos, rechazar el referendo como una farsa, seguir luchando contra las instituciones del Estado Burgués y construir un tercer campo popular que luche por sus propias reivindicaciones: la libertad sindical, el aumento de salarios, la reforma agraria, la auditoría y no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca y la industria.
Para lograr este programa de reivindicaciones, debemos instaurar un gobierno de la clase obrera y el pueblo oprimido, basada en sus propias organismo de democracia obrera y popular.